Aventurarse a proclamar a los cuatro vientos que un restaurante es el mejor del mundo es una decisión muy atrevida, pero algo tiene que haber cuando no hay mesa hasta dentro de 11 meses y cuando se convierte en lugar de peregrinación de los gourmets más exquisitos del planeta. El Celler de Can Roca se hace con el trono del mejor restaurante según la revista británica "Restaurant Magazine", desbancando así al danés "Noma".
¿Quién les iba a decir a estos tres hermanos años atrás, cuando jugaban entre los fogones del restaurante en que trabajaba su madre, que iban a conseguir tres estrellas Michelín, ser el mejor restaurante del mundo y referencia incluso para los chefs más aplaudidos? Este es el ejemplo perfecto de que con esfuerzo, trabajo y, sobretodo, pasión, un sueño puede convertirse en realidad. El Celler de Can Roca es hoy el centro de hostelería más laureado en Europa.
El estilo de esta casa de comidas es libre, comprometido con la vanguardia creativa, pero sin olvidar los sabores de siempre. El Celler fue fundado por los hermanos Joan y Josep Roca a finales de agosto de 1986, en Gerona. Joan es el “arquitecto del gusto”, responsable de la cocina, Josep, el encargado en la sala y Jordi el repostero con su“dulce anarquía”. En Can Roca, la cocina, la bodega y el lugar forman un todo armonioso donde la estética juega un papel muy importante.
Pero si algo destaca en la cocina de los Roca es el trabajo de innovación continuo y la aplicación de técnicas muy novedosas a sus platos. Algunas de ellas son la cocción a baja temperatura, el roner, que permite el control del agua para cocinar con máxima precisión, incorporación del humo en moléculas grasas, postres inspirados en el alma de los perfumes, el azúcar soplado o la cocción del vino a la sala. Los Roca son de los que piensan que si algo funciona, ¿por qué cambiarlo o eliminarlo? Por ello, siguen teniendo en su carta el Parmentier de bogavante con trompetas de la muerte, elaborado en 1988 o el Carpacccio de manitas de cerdo con aceite de boletus, del 89.
Una de las características del restaurante es que no dispone de carta sino que esta se compone de dos menús cerrados: el degustación, de 140€ y el Festival, por 175. Este último ofrece 9 platos y 2 postres.
Bombón de carpano con pomelo y sésamo negro, tortilla de alcachofas o tartaleta de chanquetes son algunos de los entrantes; cinco bocaditos que representan cinco países bajo el nombre de Comerse el mundo se sirven a continuación;
Entre los platos principales para degustar destacan trigo verde con sardina ahumada y helado de pan tostado con aceite, gamba de Palamós en su bisque, crujiente de gamba, algas, velouté de plancton y agua de gamba o ventresca de cordero y mollejas, con berenjena blanca, regaliz y café, al humo de brasa de encina. La caza es la especialidad de Joan Roca, como el pato azulón con anguila y manzana o la liebre a la royal con frutillos rojos.
Y para terminar Jordi Roca pone el toque dulce con el helado de masa madre con pulpa de cacao y vinagre balsámico, shavimal con mango, txai, naranja y vainilla o crema de jarabe de arce con pera, nueces y cardamomo, entre otros.
Si quieres probar uno de estos deliciosos menús, apunta en tu agenda que el 1 de agosto podrás pedir mesa para el mes de julio de 2014. Total, once meses más… no son nada!
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9