Cabe que esta noche alguien se enamore en el Bardot, cabe incluso que seas tú... o no. En todo caso esto no debe preocuparte porque si bien esta noche es muy Bardot, el Bardot es muy de amor todas las noches.
Se trata de un restaurante en pleno centro de Barcelona que lleva el ser sugerente desde el nombre a la decoración pasando irremediablemente por el plato; Bardot evoca Brigitte y con ella sensualidad y seducción, aliñadas con una buena dosis de pasión, predisponen la intención. La decoración acompaña, acogedora, cálidad, con un punto vanguardista, luz tenue, rincones tan discretos que resultan casi privados...
Y así, en el lugar exacto y en el momento justo la cocina pone la melodía: aromas y sabores despiertan los sentidos para hacer que todo sea posible, incluso el amor.
La cocina es sugerente y de mercado, pegada a los productos de temporada y a un modo muy propio de entender las recetas clásicas, tanto, que la carta queda como referencia porque entre los fogones del Bardot siempre cuecen alguna sorpresa.
Imagina un menú que empieza con erizo con espuma trufada y sigue con un bocado de caviar Baerii para cerrar los entrantes con un platillo de cremoso de patata con foie y otro de setas y huevo a baja tempura; a continuación puedes compartir un arroz rojo de carabinero para luego elegir carne o pescado: un steak tartar, filete de buey o carré de cordero con puré castañas si eres de tierra, y vieiras con papada ibérica y wakame, tataky de atún rojo con berenjena y vinagreta o rodaballo salvaje con romescada.
Acompaña tu menú con vinos del Pirineo o champagne rosado y comparte el postre: yogur griego con espuma de albahaca y crujiente de tomate o leche frita con frutos rojos.
Si buscar rendir un amor, reserva mesa en el Bardot.
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