Hay lugares en los que la vida sabe diferente, rincones en los que las sensaciones reinan mientras tú disfrutas deleitando tus sentidos, todos. Un lugar así es el Sant Pau, el restaurante de Carme Ruscalleda ubicado en una antigua casa del Maresme, con terraza y el mar al fondo.
Al llegar al Sant Pau te invaden la paz y la vida con la que debían ocuparse sus salones allá por el SXIX cuando no era más que una casa que luego fue hostal y hoy es un restaurante único; único por su entorno, su decoración, su filosofía y su cocina que es la de Carme Ruscalleda.
Carme confiesa que mantiene sus bases de siempre al encender los fogones del Sant Pau: productos de primera calidad, de temporada y de la comarca en la que están, el Maresme; los ingredientes y un poco también las recetas son los clásicos de la cocina catalana del lugar para tratados con nuevas técnicas y con la libre y certera inspiración que ha acompañado a Carme desde sus inicios en el mundo gastronómico mediados los 70.
Como en las pausadas y deliciosas comidas de antaño, puedes empezar por un cóctel o una copa de vino en el jardín, pasar al comedor a degustar las delicias de una cocina abierta y creativa y volver de nuevo al jardín y sentir la brisa del mar mientras disfrutas de un buen café de punto y final a un menú único. Y ésto además en la tranquilidad de un restaurante de cuidado y mimo del detalle y con una capacidad máxima para 35 comensales.
Si es tu primera vez en el Sant Pau, el menú degustación será sin duda la propuesta perfecta para ti, una elección que dejará en tus labios un beso de almendras tiernas al terminar...
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