Córdoba fue tierra de califas y buen testimonio arquitectónico queda de aquel tiempo aun a pesar de los siglos transcurridos; no es sólo su Mezquita ni los restos del Palacio de Medina Azahara, ni tan siquiera su casco histórico patrimonio de la Humanidad... es la pátina de un tiempo de oropel, el que precedió a Almanzor.
Un tiempo en el que Córdoba era Califato y referente europeo, una ciudad llena de jardines, escuelas y una inmensa biblioteca; lugar al que se viajaba de norte a sur en busca de sabiduría y cultura, y rincón del mundo que vio nacer a gentes como Sénena, Averroes, Góngora o el Duque de Rivas.
Sobran los motivos para poner rumbo a Córdoba y sus célebres patios en flor y no hace falta excusa alguna para, llegados a la ciudad al pie de Sierra Morena, deleitarse con un menú de estrella michelín, el que nos ofrece Kisko García en el Restaurante Choco.
Kisko es todo un embajador de la nueva cocina andaluza, a sus 35 años este cordobés atesora ya uno de los reconocimientos más valorados en la gastronomía internacional gracias a su pequeño gran restaurante: un espacio acogedor en el que manda la tranquilidad del blanco y el cuidado de los detalles, y unos platos que resultan sencillamente deliciosos porque Kisko no abandona la tradición culinaria andaluza, sino que se queda lo mejor de ella y lo guisa junto con las nuevas tendencias gastronómicas y las ideas que hila en su cabeza primero y en sus platos después.
La magia de Córdoba se aliña en el Restaurante Choco.
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