Muchos han calificado su barra como la mejor de Madrid. El exquisito producto que se maneja en esta taberna es la clave de su éxito y de su expansión (ya van por tres locales en la ciudad). Reservar mesa de un día para otro no es fácil, aun en plena crisis y en agosto. Son sus preparaciones sencillas, sus ingredientes de primera y sus clientes asiduos los que certifican que Arzábal es una apuesta segura.
Arzábal es la consecución de un sueño. El de Álvaro Castellanos e Iván Morales, quienes en 2009 abrieron su primera barra en compañía de apenas seis mesas y con un objetivo muy claro: Rescatar lo básico, presentar una cocina de siempre en un marco actual con una materia prima seleccionada y un precio asequible. Bingo.
Ya en 2010 tuvieron que ampliar y abrir en un local vecino y este mismo año acaban de inaugurar Club A, otro espacio que incorpora una pincelada más internacional y exclusiva, aunque sin perder la filosofía del buen producto patrio.
Guisos, sartenes, cazuelitas, pescados, carnes... En mesa o en barra y atendiendo en todo momento a lo más fresco, a la temporada. Con el calor llega a la cocina un refrescante salmorejo de los que son difíciles de encontrar, hecho con tomates de Lodosa, con picadillo de jamón ibérico de Arturo Sánchez y su buen toque de aceite de oliva; una ensaladilla rusa cuyo bonito escabechan ellos mismos; y un espeto de sardinas en versión malagueña que quita el hipo, bien marcado.
Si en el largo verano no hay escapada a la vista, Arzábal, frente al parque de El Retiro, es un destino estrella.
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