Gran Cafe. Barcelona
Restaurantes

Gran Café. El sabor del modernismo

Fundado en 1920 y conservando su decoración modernista original, El Gran Café es seguramente, el más impresionante y atractivo de Barcelona.

Construido en pleno corazón el corazón del barrio gótico barcelonés y al abrigo de la efervescencia modernista que durante los años 20 salpicó la Ciudad Condal de extraordinarios edificios, abre sus puertas un establecimiento singular cuya arquitectura no duda en emplear todo el repertorio de elementos decorativos y recursos propios de esta corriente artística: formas onduladas adornadas a base de esculturas, detalles de hierro forjado, vidrieras coloristas o diversos ornamentos florales.

Conservando su solera y su estética modernista original, este espectacular restaurante que primero fue un banco para convertirse posteriormente en sede central de la empresa Werther hasta que, finalmente durante la década de los sesenta, adquirió su actual enfoque hostelero, hoy cautiva a sus clientes con los más exquisitos platos de la cocina tradicional catalana.

Lámparas y marquetería, grandes espejos y cristaleras, más las suaves notas del piano en directo nos invitan a disfrutar del ambiente tranquilo, sobrio y elegante del Gran Café en cualquiera de sus cuatro salones dispuestos en tres plantas (un pequeño salón habilitado para 15 comensales y otro grande para 100 comensales situados en la planta superior mientras que en la entrada encontramos su delicioso salón para 18 personas. Por último, el salón bodega con capacidad para 35 personas ofrece un ambiente más íntimo, perfecto para grupos).

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Recomendaciones: Ensalada tibia de magret, lubina rellena de espinacas, caracoles a la Llauna con salsa Romesco, revoltillo de Trigueros con langostinos, T-Bone a la parrilla con verduritas y pimientos del Padrón o lenguado a la plancha con patata inglesa. Aunque también ofrece deliciosas sugerencias innovadoras como raviolis de alcachofas con carbonara de ibéricos o confit de pato con peras de Puigerdá. Los profiteroles de nata con chocolate caliente son la gran tentación y la forma más dulce de terminar una deliciosa velada. Si eres más “de salado”, no puedes dejar de probar la tablita de quesos con mermelada de fresa.