Cenador de Amos
Restaurantes

Dos décadas

Jesús Sánchez y su Cenador de Amós, veinte años como un gran restaurante. Y un gran cocinero.

En un pueblecito de Cantabria hay un gran restaurante. Es un lugar al que, desde hace años, se vuelven las miradas suculentas y se peregrina en busca de buena mesa. Su nombre es el Cenador de Amós, porque su abuelo, el de Jesús Sánchez, que es el chef, se llamaba así: Amós. Y el pueblo no es otro que Villaverde de Pontones, no lejos de Santander.

Es un espacio mágico. Ocupa una casa palaciega en la que el chef y su mujer, Marian Martínez, cuidan cada detalle. Cuenta con varios salones, elegantemente amueblados y tan confortables y acogedores, que uno desea quedarse ahí. Todo el tiempo. Y sucede desde hace veinte años, cuando esta pareja decidió formar su hogar allí.

En el Cenador de Amós, brillan con luz propia los productos de la tierra. Pescados, carnes, verduras y quesos que Jesús respeta y ensalza. De cada uno saca lo mejor y el comensal, claro, encantado. Los vinos tampoco lo hacen y siempre están a la altura.

Entre las novedades, Blini de cebolla y avena con tartar de carabinero y alga codium; Tuétanos vegetales elaborados con borraja, brócoli, alcachofa, zanahoria y nabo; Purrusalda de bacalao con pimiento de cristal o las lentejas de la Armuña al estilo cuscús.  Y como apuntamos, buenos pescados: dorada, jargo, verdel o bocarte, que muestra con aparente simplicidad pero que esconden un gran dominio de las técnicas de cocción. Entre los postres: Sorbete de pepino, apio, manzana y yogur, así como Empedrado de chocolate con helado de cardamomo.

Desde 1995, ostenta una estrella Michelin, pero la historia de este restaurante es discreta. Así, sin hacer demasiado ruido, conquista adeptos, día a día. Y ya van 20 años.