Que Sevilla tiene un color (y un sabor) especial lo sabíamos pero lo cierto es que siempre que pensamos en esta ciudad andaluza visualizamos su lado más artístico y más flamenco, su Feria de Abril (más si cabe en esta época del año), sus rebujitos, su manzanilla y sus trajes de faralaes, también sus tapas, por supuesto; pero Sevilla es también una ciudad moderna que vive más allá de su historia y sus tradiciones y, para muestra, Casaplata, un restaurante de diseño futurista, de vanguardia e industrial en el que podrás comer a placer o regar tu vida con un cóctel porque es también un bar de copas.
A la vista de sus paredes grises de hormigón resulta tan imposible no pensar en diseño industrial como no hacerlo en arte moderno al ver los muebles de chapa perforada y coloreada; el ambiente en futurista y de vanguardia, propio de un restaurante en el corazón de Londres o Nueva York pero aquí se habla y se come en castellano porque estamos en Sevilla, en el número 7 de la calle Amor de Dios.
En Casaplata la música y la iluminación dan mucho juego más allá de su funcionalidad, crean ambientes diferentes en todo el espacio del local y lo transforman del día a la noche, del restaurante al bar de cócteles, del aperitivo a la comida y de ahí a las meriendas, las copas, las cenas y las fiestas.
Ahumados o un carpaccio en el aperitivo, incluso unos callos; una ensalada templada para comer ligero o tal vez una espectacular tortilla hecha como sólo la hacen en Casaplata; para el postre o la merienda, una tarta de chocolate, eso sí, regada con un cóctel para empezar a saborear el aftework y llegar donde la noche sevillana nos lleve desde su local más moderno y futurista, el Casaplata.
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