Coincidiréis conmigo en que la manera de saber si estamos en un buen restaurante o, al menos auténtico, cuyo ADN gastronómico sea extranjero, es ver y comprobar si a sus mesas se sientan comensales del país propio de la cocina que allí se ofrece. Por ello, a la hora de elegir un restaurante chino, nos fijamos dónde van ellos a degustar sus exquisiteces para que no nos den gato por liebre, y nunca mejor dicho.
Así, nos vamos hasta el pequeño barrio chino de comercios y restaurantes situado detrás de Gran Vía y antes de llegar a Plaza de España, donde Casa Lafu se convierte en el templo de la cocina Sichuan –para los que les guste el picante- con aportes de la shangainesa –algo más occidental. De los dueños de El Bund, referencia por excelencia de la cocina china en la capital, nace Casa Lafu, algo menos sofisticado pero con la misma autenticidad que su hermano mayor.
El intenso aroma que se desprende de la cocina inunda los salones repartidos en dos plantas de este restaurante y abre el apetito para iniciar la ruta por la extensa carta, característica de cualquier chino en el mundo. El toque diferencial del que presume Casa Lafu es el Huo Guo, una inmensa olla caliente donde cocinar in situ un sinfín de ingredientes en torno a la mesa. Este ritual gastronómico es típico de la cocina sichuanesa y se inicia y termina en nuestra mesa ya que cada una dispone de una placa de inducción en el centro que queda disimulada por unos manteles ignífugos.
Paro quien no quiera complicarse la vida con el Huo Guo, Casa Lafu ofrece otros platos tradicionales que bien merecen la pena probar. Para comenzar, recomiendo la selección de setas asiáticas con panceta y verduras. Para continuar, la lubina frita al puerro, de textura crujiente. También destaca el tofu con carne de cangrejo, suave, tierno y presentado con una salsa espesa, cuya combinación de pimientas estimula el gusto del crustáceo; el pato pekinés en crepe, jugoso por dentro y crocante por fuera; los tallarines a la sichuanesa, cuya pasta fresca casera acrecienta su sabor con la combinación de aliños picantes que la acompañan. Unos símbolos al lado de cada plato advierten el grado de intensidad del picante de los mismos.
Si eres de los que le gusta probar otros sabores y disfrutar de una cocina diferente, este conseguirá el objetivo de sorprender y seguro ganará puestos en las listas de chinos auténticos de Madrid. Además su relación calidad precio es inmejorable.
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