Casa Gato es un nombre muy apropiado para un restaurante urbano en una ciudad en la que sólo si perteneces a la cuarta generación de madrileños en tu familia puedes llamarte así, gato; no son muchos los gatos en Madrid y es que cuando revisas el lugar de nacimiento de padres y abuelos de los niños de Madrid, empiezan a salir inmigrantes (nacionales e internacionales) de debajo de las piedras; claro que Madrid es ciudad capital y de acogida e incluso los que no son gatos disfrutan de las tradiciones de esta ciudad, tradiciones como el chocolate con churros para desayunar o merendar, las gildas del aperitivo o la cerveza del afterwork. Todo ésto e incluso mucho más es lo que encontrarás en Casa Gato.
Lo primero que te enamorará de este restaurante es su magnífica decoración, obra y arte de Lázaro Rosa Violán, un interiorista que hace su nombre más grande en cada proyecto que firma; Casa Gato distribuye su espacio en cuato partes diferenciadas: una zona de barra perfecta para el aperitivo, un comedor en dos espacios y dos plantas diferentes, uno pensado más como café y otro como sala del restaurante y finalmente una magnífica terraza ideal para la primavera que llama ya a nuestra puerta.
La cocina de Casa Gato no cierra, abre para el desayuno y no se cierra hasta después de la cena así que si eres de los que siempre acaba comiendo a deshoras toma buena nota de este restaurante, aquí nunca te dirán que llegas tarde para comer lo que te apetezca (que no serán pocas cosas cuando veas la carta de Casa Gato).
En este restaurante encontrarás los sabores clásicos de la cocina nacional pero también otros propios de tradiciones gastronómicas internacionales; en Casa Gato lo mismo puedes pedir entrantes como el cazón el guacamole casero, anchoas del Cantábrico o un tartar de salmón; si lo tuyo son las carnes podrás elegir platos como el solomillo de vaca gallega si eres de gusto tradicional, pollo de corral al curry si eres más bien de sabores asiáticos o el canelón de pato con foie si te pierde la cocina creativa; en cuanto a los pescados, la variedad y satisfacción de todos los gustos también está asegurada: rape en salsa, tataki de atún, pulpo a la parrilla o chipirones salteados son algunas de las delicias marinas de Casa Gato; los postres son, como no podía ser de otro modo, de pecado: tarta de queso, torrija caramelizada, coulant de chocolate o milhojas de crema son sólo algunos de los pecados dulces de este restaurante madrileño. ¿Te vas a resistir? nosotros tampoco.
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