Si te pones de los nervios cuando te pasan la cuenta de dos cafés en una de las cafeterías de la zona más turística de tu ciudad, igual ahora no te parece tan caro. Pero todo es relativo. Encontrar un lugar donde te sirvan un buen café, pero uno bueno de verdad, no es tan sencillo. Y no se le puede pedir al Mejor Restaurante del Mundo -según The 50 Best Restaurants, que nosotros tenemos otras preferencias- o ningún restaurante con 3 estrellas Michelin que para terminar con un menú degustación de lo más alto de la cocina mundial, el café no sea también uno de los mejores que uno se pueda llevar a la boca.
Y aunque así sea, ¿qué justifica ese precio? Pues varias cosas, por supuesto. No sólo que sea un gran café, o que no sea un café cualquiera. Ni siquiera es un Kopi Luwak, si es que eres de los que considera que un café procesado por una jineta es el mejor café del mundo. La variedad de café que se sirve en el Eleven Madison Park es especial. Cultivado en Colombia, como no, pero de una variedad que tiene un origen al suroeste de Etiopía, en la región de Kaffa, el Wush Wush, muy apreciada y bien valorada por los grandes cafeteros.
La planta del café del Wush Wush tiene una producción muy baja de semillas, pero con estas se prepara un café equilibrado, dulce, ligero y delicado, de natural azucarado, cerca de la melaza, con aromas florales y persistente en boca como pocos. Y en resumen, un café elegante y nada pesado, redondo, y podríamos decir incluso que perfecto.
Pero además está el ceremonial, como no. El café no es sólo ese café que viene preparado de la cafetera si no que se prepara en la mesa en un proceso que lleva hasta diez minutos, lento y seguro, con una cafetera Silverton. Las Silverton Dripper es de esas nuevas cafeteras pensadas para los más sibaritas y los más cool. Una simple y delicada, pero maravillosa, cafetera (la de la imagen destacada de este artículo) que sirve también para preparar té, por decantación, por goteo.
Artilugios que permiten crear toda una experiencia visual y para el olfato. Más si es el mismo Director de Café -títulazo-, Maya Albert, del aclamado restaurante el que te lo prepara, con poco más de 30 centilitros de agua que dan tan sólo para 2 cafés de unos 12-15 centilitros. Pequeños, pero suficientes. El tiempo de preparación es también un tiempo de aromas, toda esa experiencia que se genera ante el aroma de un grandísimo café. Todo está pensado.
Y teniendo en cuenta que el menú del Eleven Madison Park ronda no menos de los 250 euros al cambio, que los cafés nos salgan a 40 euros más tampoco es la locura. O sí, depende de cada uno. Nosotros creemos que la experiencia de disfrutar de un gran café con todo el ceremonial, al menos merece un pase en la vida. Eso sí, si lo contamos de verdad toca a 20 euros por cabeza. Y ya no es tanto. No comparado con los malos cafés que se traga uno en la vida. Y así todos tranquilos.