¿A quién no le gusta el pollo? esta carne es tan sana, sabrosa y versátil que no hay tradición gastronómica que no cuente con ella, lo que hace que la pregunta con la abrimos esta noticia cobre especial sentido; el pollo es una apuesta segura y si estás de viaje visitando, por ejemplo, una ciudad como Nueva York, nada te asegurará disfrutar de la comida tanto como visitar un restaurante especialista en platos de pollo. Hoy te presentamos uno, en Nueva York: Brine Chicken.
Brine Chicken está en la Octava Avenida y su propuesta es sencilla, tendente al minimalismo hasta el punto de que su decoración sea en blanco y negro y de que se trate, además, de un restaurante self-service; claro que ahí terminan sus ajustes en costes, sus platos, que llegan como una apuesta de comida rápida gourmet, son una verdadera delicia gracias a un excepcional trabajo en cocina: su carne procede de aves creadas en libertad que se maceran en una salsa durante 24 horas y que, antes de cocinarse a la brasa, se bañan en salsa de ajo y chile.
Por supuesto el pollo no se sirve solo, se acompaña con patatas fritas, zanahorias dulces, arroz con verduras, tomates marinados, ensalada de col o brócoli con queso son sólo algunos de los acompañamientos sugeridos por el chef; también puedes completar tu menú con una ensalada griega o la clásica césar.
Elige la salsa para tu pollo a la brasa, crujiente por fuera y tierno y sabroso por dentro, elije también la bebida con la que vas a regarlo (la carta de cervezas y vinos del Brine Chicken es más que interesante) y disfruta como siempre y como nunca de un bocado que nunca falla y que gusta a todo el mundo, especialmente, cuando se prepara con tanto mimo y cuando se trata de una carne de tan alta calidad como la del Brine.
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