Restaurantes

Belcanto, dos estrellas en el cielo gastronómico lisboeta

Este restaurante vuelve a ser el único en Portugal con dos estrellas Michelin. Su calidad está fuera de toda duda, con el genial chef José Avillez al frente.

La entrega este noviembre de los nuevos galardones de la Guía Michelin en Marbella reunió en la Costa del Sol a lo más granado de la restauración de nuestro país. El triunfo del portuense Ángel León en Aponiente ha sido de lo más comentado, pero no podemos olvidar que esa noche no solo se recomponía el 'cielo estrellado' de nuestro país, sino también el de nuestros vecinos lusos.

Al igual que aquí, solo un restaurante portugués consiguió destacar por pasar de una a dos estrellas. Fue Belcanto, el local que comparte protagonismo en la lisboeta plaza de São Carlos con el Teatro Nacional y la casa donde nació Pessoa. Sus orígenes se remontan a 1958, pero fue realmente en 2012 cuando, tras una gran restauración, el cocinero José Avillez se pone al frente del mismo. No tardó apenas nada en ver cómo este rincón del Chiado se hacía con una estrella Michelin.

La decoración es sofisticada y cómoda, con butacas en las que se invita a leer un buen libro, que no faltan, por cierto, en las paredes, que parecen grandes bibliotecas. Y los colores suaves se atenúan aún más gracias a una luz cálida y acogedora, como de salón de hogar.

La cocina de Belcanto es sofisticada y única. No puede ser menos si tenemos en cuenta el galardón de la segunda estrella. Avillez dice que sus platos son sus fados particulares, una revisitación de la gastronomía portuguesa. Así, en su carta no falta la Mariscada con algas y agua de mar, el Salmonete braseado con 'molho de fígados' y almejas, o un cordero lechal. Por supuesto, regado con buenos Oporto, moscatel de Setubal y referencias internacionales (el 80% de la carta de vinos es de origen portugués).

Solo tres restaurantes portugueses han conseguido estrellas, y Belcanto es el único con dos, de ahí que se haya convertido en la referencia absoluta de la nueva cocina lusa. Lo merece.