Málaga llegaba a la última gala Michelin con cierto pesimismo porque sabía que tenía asegurada la pérdida de tres Estrellas Michelin, de las tres del restaurante de Dani García porque el magnífico chef había decidido, hace ya meses, llevar su carrera por derroteros gastronómicos diferentes a los marcados por la mítica guía francesa pero, cosas de la buena cocina, la bella provincia andaluza, reina de la Costa del Sol, sale de la gala con una estrella más de las que lucía al llegar y parte de la culpa es de Benito García, que suma la segunda estrella en su restaurante Bardal, en Ronda.
Dicen en Bardal que su cocina tiene sello propio y que su base son los ingredientes tradicionales pero nos advierten que sus platos no son lo que parecen... lo que son sólo se descubre al probarlos y, dado que han conquistado a los inspectores de la Guía Michelin hasta el punto no sólo de renovar su Estrella sino de sumar la segunda, no nos cabe duda alguna de que la sorpresa debe ser magnífica.
Benito Gómez, el chef al mando de la cocina de Bardal, confiesa que los ingredientes de su carta son locales y que en el desarrollo de su propuesta gastronómica mandan mucho los sabores de su vida gastronómica, claro que ahí termina la tradición y nace la vanguardia aliñada por la creatividad de este chef que ya no está llamado a ser uno de los más notables de España, lo es.
Los platos de Bardal llegan a la mesa con una cuidada presentación, apetecible y bella hasta el punto de hacerte sentir cierta pena a la hora de meter en ellos el tenedor o la cuchara... claro que esa pena dura lo que tarda el primer bocado en llegar a tu boca porque a partir de ese instante el disfrute sápido es tal que llegas a olvidar lo bello que era el plato y sólo recuerdas lo sabroso que te ha resultado.
Recuerda que Bardal está en Ronda, un pueblo que es un magnífico destino para una escapada en cualquier época del año o para una visita en tu ir y venir de vacaciones de playa y verano.
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