BAAN, que siginifica casa en tailandés, aspira a hacernos sentir en nuestra casa asiática a través de una carta rica en platos del sudeste de aquel continente, de países como Tailandia y Vietnam pero también India, Corea, China o Japón. Hablamos de un restaurante sofisticado diseñado por el estudio de interiorismo Cousi y que organiza sus espacios en dos alturas, el restaurante en la planta baja y la Cocktail House en la planta superior. Está en Recoletos, en pleno centro de Madrid, y es el modo más rápido y sabroso de viajar a Asia sin salir de la capital.
Víctor Camargo, un chef que ha pasado por cocinas tan destacadas como son las de Sudestata o Mugaritz, es el responsable de la cocina de BAAN, un restaurante la mar de creativo porque si bien sigue en cuanto a sus recetas tradiciones gastronómicas asiáticas, se basa en el producto local ¿cuál es el resultado de preparar nuestros productos más reconocibles como son el cerdo ibérico, la vaca gallega o los mejores pescados y mariscos de nuestras lonjas, utilizando técnicas y recetas asiáticas? eso es lo que descubrirás en BAAN.
Láminas curadas de lomo bajo madurado 180 días con langostinos enchipotlados, mariscos de concha a diferentes temperaturas y aliños, dumplings rellenos de manitas de cerdo con su jugo, col china salteada al wok con aceite de chiles suaves, nem rán de cerdo ibérico y butifarra negra del Pirineo envueltos en hoja de lechuga, pad thai de chimirones de anzuelo con pak choi y fideos frescos de arroz, cocornices kung pao salteadas con cacahuetes, kale y vegetales de temporada, picaña de vaca gallega madurada cocicinada a baja temperatura y marcada a la parilla, pescados a la mantequilla negra con emulsión de mandarina y chirivías asadas, curry rojo de selva con carrillera de vaca guisada en coco o curri negro de mar con corvina frita, berberechos y okras.
Y no creas que eso es todo, las salsas y guarniciones de BAAN son de pecado: kimchi de col kakusai, cacahuetes al wok, sriracha de habaneros, encurtidos vegetales caseros, mortero umami de cangrejo de río...
¿Y de postre? mango pudin natural con helado de coco y carambola fresca o chocolate con piña ahumada a la parrilla; dos bocados dulces que nos animan a dejar el resturante y subir al Cocktail Bar.
Marthaini con ginebra macerada con lemongrass y vermut macerado con manzanilla o Paloma en Chipotle con tequila curado, humo licor de chipotle y soda casera de pomelo, caipirinha de Gintas Arlauskas... Eso además de los cócteles clásicos ¿eres más de seguir con el vino con el que has maridado el menú? porás elegir entre más de 30 referencias por copas y 125 etiquetas por botellas, más de 20 espumosos y tras 25 referencias internacionales (blancos, tintos, rosados, generoros, dulces... un mundo de vinos para complacerte).
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