Restaurantes

Astrolabius, la última irreverencia gastronómica

La joya más rebelde de la familia Hevia abre las puertas de la irreverencia en el corazón de Serrano.

La cocina de autor es sentimiento y personalidad; es respeto al riesgo, amor por el oficio y veneración por la calidad; en definitiva, la alquimia del amor. Y así, sin buscar la proeza culinaria pero con toda la pasión, el prestigio y la tradición familiar, los herederos de Pepe Hevia nos presentan a su nueva criatura: Astrolabius.

Moderno, psicodélico, excéntrico, irreverente, fruto de la evolución de Hevia y en pleno corazón de Serrano —justo al lado de su hermano mayor— Astrolabius es el nuevo espacio gourmet diseñado para los paladares más exigentes. Perfecto para picar, comer, cenar o tomar una copa nocturna en el mejor ambiente del madrileño barrio de Salamanca.

Astrolabius se decanta por la cocina de autor, arriesgada y exquisita pero sin estridencias —“la cocina de la abuela con la imaginación de los nietos”, afirman sus creadores— poniendo así de manifiesto su carácter rebelde y el profundo respeto por la calidad, el prestigio y la larga tradición culinaria que le avala. Y es que gozar antepasados nobles tiene su peso. Excelentes vinos y destilados conviven con sus nuevas propuestas gastronómicas, además de una refinada selección de botellas de Absenta que son por sí mismas una declaración de excentricidad. Porque de eso se trata, convertir la tradición en innovación.

El interiorismo hace honor tanto a su nombre —astrolabio, antiguo instrumento de navegación empleado para determinar la posición de los astros en el universo— como al concepto del local. Con reminiscencias sesenteras y el arte conceptual como señas de identidad, una descarada lámpara de techo diseñada en bronce ilumina la entrada y la escalera de mármol que abre paso a la sala de paredes vestidas con motivos vegetales o rayados de sabor circense y asientos tapizados en diferentes colores. Unas puertas negras al estilo del viejo oeste americano invitan a refugiarse en un espacio más íntimo, un tanto clandestino gracias a su cálida iluminación y decoración conceptualista.