Gianfranco Cancelli es un joven chef italiano, es provocador y basa su propuesta gastronómica en su instinto, un instinto, eso sí, previamente alimentado en su particular trayectoria: trastea en la cocina desde que tiene memoria, primero en Turín y Cerdeña, después en Londres; en Milán, Roma y Capri también saben de él aunque entre sus estancias en Italia intercaló otras en Rusia, Turquía y Japón; su savoir faire gastronómico es internacional y si a eso le sumamos que su máxima es no ser clásico, es decir, no hacer lo que otros ya han hecho, su restaurante -Anko (A New Kitchen Order)- se convierte en el más revolucionario por sus platos, por su decoración y sí, también por su homenaje a Bansky (ese con el que abrimos la galería de imágenes que ilustra esta noticia).
La pizza se sirve en cartones, como cuando se envía a domicilio, algunos de los platos en latas, como si de conservas se tratara ¿y qué sirven? tendrás que visitar a Anko para descubrirlo, algo que harás desde el momento en el que cruces la puerta del restaurante porque su cocina es abierta, Cancelli no tiene nada que ocultar... sólo advierte que no llega para hacer lo que hacen los demás y que cocina por instinto porque tiene alma gitana.
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