Decoración

Ganadara, otro tipo de restaurante es posible. En Montreal

Con su nuevo local Ganadara, este restaurante de Montreal de cocina fusión coreana, consigue crear toda una experiencia gastronómica única.

¿Cómo convertir un gran espacio en un restaurantes diferente? Pues con ingenio y creatividad, innovando y sorprendiendo. Y con mucho material. Esto es lo que han hecho desde el estudio Jean de Lessard - Designares Créatifs con un espacio que llevaba abandonado más de seis años para convertirlo en un restaurante diferente, en una experiencia diferente: Ganadara.

Ganadara es un restaurante de Montreal de auténtica comida fusión coreana cuyo éxito le obliga a ampliar de un pequeño a un gran espacio, pero no uno cualquiera. Encontraron el mejor lugar en esta nave de 900 metros cuadrados vacía y abandonada, con tintes industriales, en St. Catherine Street. La transformación de este espacio lo convierte en algo excepcional. De un espacio abierto a una estructura geométrica en espiral en la que la decoración juega un papel vital, escultórico, trazando los espacios siempre abiertos, acotando y abrigando cada rincón para convertirlo no sólo en una si no en muchas experiencias únicas.

Desde una isla central que hace las veces de cocina hacia el exterior o los servicios comunes, la experiencia de entrar en el nuevo Ganadara es una experiencia inmersiva, la percepción de ir adentrándose en un cálido y acogedor mundo a descubrir. La madera, el hormigón, el acero, las cortinas que se despliegan  creando espacios únicos a modo de capas con puntos que hacen la vez de mirador sobre distintas znoas del restaurante o que se transitan y se disfrutan, acogen también un alegórico bosque de bambú que recuerda al famosísimo bosque coreano del Condado de Damyang o una singular pared de vidrio esmerilado de luz y contrastes de color.

Y no son las únicas referencias a la cultura coreana, incluso a la cultura hip hop de corea. La forma de la barra central es una referencia al modo de escritura coreana y los baños, oscuros, del mismo color antracita en que se desarrolla el local, se llenan de pintadas, de grafitis y mensajes.

Más allá de esa estructura circular de barras y caminos, de luces y materiales, para conseguir ese espacio cálido y confortable que diera respuesta además a la experiencia gastronómica de Ganadara se han utilizado más de 2700 piezas de madera, todas de distinto tamaño y longitud, que configuran una espectacular escultura suspendida del techo.

Las imágenes pueden reflejar el resultado final, pero la experiencia de transitar el espacio de Ganadara, de acomodarse en cualquiera de sus barras o rincones, y de disfrutar de su cocina fusión coreana, eso sólo se puede apreciar in situ. Un viaje a Montreal siempre merece la pena, ahora también por este restaurante. Nos sirva de inspiración. Muy diferente a lo que estamos acostumbrados.

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