House W
Arquitectura

Vivir el mar

Maximizar la visión continua hacia el mar y disfrutar del exterior, resguardándose del rugido del viento.

Ella siempre quiso vivir junto al mar. Al contemplarlo recordaba su niñez jugando en la arena bajo aquel brillante sol de verano. El mar era diversión, familia, sonrisas, llegar a casa y sentir la sal en la cara. Él se sentía hipnotizado cuando miraba al mar, aquellas vistas lo acompañaban por toda la casa y se quedaba pensativo. A veces se sentaba en el sofá contemplándolo y era como mirarse al espejo. El continuo murmullo de las olas y el gemido del viento le perturbaba, y hacía que sus pensamientos poco a poco se inundaran de recuerdos diluidos en un baile de olas. Y es que el mar, una vez más era cuestión de dos.

Para muchas personas tener una casa cerca del mar puede convertirse en un sueño, una ilusión que alcanzar algún día. La House W del estudio de arquitectura 01ARQ, se sitúa en lo alto de un acantilado junto al mar, en la ciudad costera de Huentelauquén famosa por sus fuertes vientos. En este caso los propietarios lo tenían muy claro, querían maximizar la visión continua hacia el mar y disfrutar del exterior pero resguardándose del continuo rugido del viento.

La primera condición se resolvió disponiendo todas las estancias a lo largo de la fachada principal con vistas al mar, dejando de este modo un pasillo distribuidor detrás de las mismas, en la fachada posterior. Para ello se empleó vidrio de gran espesor con cámara de aire y con cierre hermético capaz de aislar térmica y acústicamente la vivienda del exterior.

La segunda condición era más complicada ¿cómo disfrutar de la playa controlando el viento? Finalmente se generaron unos patios traseros capaces de capturar fragmentos de playa y aislarlos del viento. De este modo en los días más favorables, simplemente se abrirían todas las cristaleras tanto en la fachada principal como en las fachadas posteriores, y  la vivienda sería prolongación de la playa. Por otro lado, en los días con vientos fuertes se cerrarían las cristaleras de la fachada principal, manteniendo abiertas las de los patios traseros y manteniendo una estupenda ventilación y brisa marina.

Constructivamente la  sobriedad formal de la vivienda choca con la calidez de los materiales empleados: madera de pino para los cerramientos exteriores y madera tintada en blanco para los acabados interiores. Una dualidad que se refleja en toda la vivienda y que se va construyendo permanentemente con él y ella, con los gustos y ambiciones de cada uno, con las pretensiones y necesidades de cada momento y con el sueño permanente de construir un futuro juntos mirando al mar.

01arq