La situación de esta casa -Villa Zeist 2- condiciona su arquitectura porque ¿cómo obviar un bosque de pinos fragante y envolvente cuando plantas una casa en su corazón? por esa razón esta vivienda se construye como una serie de habitaciones interconectadas y abiertas a su entorno, hablamos de una casa con vistas al bosque y al cielo, un refugio y un hogar funcional y delicioso en el que la vida transcurre más despacio.
Hormigón, ladrillo y madera son los elementos básicos que dan forma a la estructura de la vivienda -Villa Zeist 2- y a su interiorismo, el vidrio es también un elemento esencial porque llena el interior de la vivienda de luz y lo hace, además, sin comprometer la intimidad de los habitantes de la casa ¿cómo es posible? el equipo del estudio de arquitectura HofmanDujardin tiene la respuesta, esta casa se ha construido en una suerte de juego de volúmenes que crea espacios semiabiertos de modo que la luz se cuela en el interior, se disfrutan desde ese interior magníficas vistas del bosque de pinos que rodea la casa y, al mismo tiempo, oculta esos espacios de las miradas ajenas.
La casa distribuye sus espacios interiores en dos plantas, al menos aparentemente porque una de las cosas que más te sorprenderá de esta vivienda es el espacio de la planta baja que actúa a modo de trampantojo, es decir, transforma las dos plantas en una única planta de techo alto cuya pared es de cristal... no cabe más luz ni mejores vistas, tampoco mayor amplitud ni mayor belleza que la que se disfruta en la gran mesa de comedor que tiene tras de sí una cocina gourmet (abierta y con isla) y enfrente todo un bosque de pinos.
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