Villa Clessidra es una vivienda armónica y lo es porque toma forma en una perfecta estructura geométrica: se trata de un cubo de tres plantas, todas ellas abiertas al exterior, construído en acero, cristal y hormigón. En esta espectacular casa la simplicidad de sus líneas y sus formas evoca el minimalismo mientras su espectacular piscina interior y los automatismos de sus inmensas cristaleras nos llevan a la vanguardia de la arquitectura y el interiorismo.
Estamos ante una casa grande y muy luminosa cuyos espacios están interconectados y abiertos al exterior, como si el límite entre la vivienda y el bosque que la rodea fuese difuso y no fuese dibujado por una puerta ni un tabique.
En las viviendas tradicionales la piscina está en el jardín o en el tejado, en Villa Clessidra ocupa una zona intermedia y divide así la casa en dos grandes espacios, uno por encima del agua que es el de la zona más íntima -los dormitorios con baño incluido- y otro bajo el agua que es el de la vida diaria -la cocina y los espacios como la sala de estar y la biblioteca-. También en la planta baja, y dentro del cubo, encontramos un espacio reservado para el coche.
Villa Clessidra no tiene, ni necesita, grandes alardes decorativos porque los juegos de luz y color que genera la piscina en perfecta armonía con la estructura de cristal y el tejado de espejo crean un ambiente único que no querrás distorsionar con detalles y objetos que rompan tal armonía.
Nos encanta Villa Clessidra porque es una vivienda bella y armónica que parece colgar del tiempo y el espacio ajena al mundanal ruído y dejándose querer tan solo por lo más bello de la naturaleza que la rodea, es una casa única en el mundo y podrás descubrirla en todos sus enfoques y espacios en la galería que ilustra esta noticia.
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