Una casa en las afueras, ese es el sueño recurrente que nos desvela una noche sí y otra también a quienes vivimos en el bullicio de las grandes urbes; no es que no nos guste la ciudad, al revés, ¡la adoramos! y precisamente por eso, porque nos encanta, nos puede y no dejamos de soñar y pensar que una casa en las afueras, no demasiado lejos, tampoco demasiado cerca, pero en un rincón tranquilo del mundo, es lo que necesitamos para hacer de nuestra vida un paraíso.
El equipo de Bloco Arquitetos es el responsable de esta vivienda de apariencia sencilla y funcional, de corte minimalista y perfectamente integrada en su entorno; Vila Rica es una casa dividida en dos pabellones construidos a diferente nivel, su exterior se dejó en hormigón y ladrillo cerámico dándole un aspecto de notable naturalidad.
Vila Rica es una vivienda abierta y luminosa en la que las zonas exteriores parecen integrarse de modo perfecto en las interiores y a la inversa, es una casa que transmite paz por su diseño geométrico y por su maravillosa piscina en la que el tiempo, con la naturaleza limpia que rodea la casa y el cielo sobre ella, parece detenerse.
Los dos pabellones se han construido formando un ángulo de 90 grados dentro del cual se ubica la zona exterior de la casa en la que encontramos una magnífica piscina; el conjunto de esta zona de piscina y jardín con los dos pabellones es como una gran mansión íntima con un lado de la L dedicado a la cocina y el salón-comedor y otro a las zonas más íntimas de la casa, los dormitorios.
Un valle a tan solo 40 kilómetros de una ciudad como Brasilia parece el lugar perfecto para recuperarse después de un duro día de trabajo, más en una casa que juga con el hormigón y el ladrillo construyendo una estructura que deja grandes paredes de cristal y llena la casa de luz a la vez que la integra más si cabe en su entorno.
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