¿Eres de los que pasaba horas ¡tardes enteras! viendo caer las figuras del tetris y buscando el modo de encajarlas de tal manera que hicieran filas y evitar así morir al llevar al techo de la pantalla tu torre de figuras? Si es así seguro que la fachada de esta casa te ha arrancado una sonrisa, especialmente en la cara que da a la terraza y el jardín porque son las figuras del tetris las que inspiran sus formas.
Pero la inspiración en el tetris, aquel mítico juego de piezas que nos entretuvo de lo lindo a finales de los 80 y en los 90, va más allá de las fachadas de la casa, en su interior descubrimos también una organización de espacios y muebles pensada para aprovechar hasta el último milímetro de la vivienda y es que lo cierto es que dividir mentalmente la casa en piezas de tetris y colocarlas del mejor modo nos ayuda precisamente a eso, a que no se nos quede ningún hueco muerto que, en el plano de nuestra casa, sería espacio perdido.
El diseño de esta casa tenía un hándicap adicional y es que no se trataba de un trabajo nuevo sino de la ampliación de una vivienda ya existente y es que esta casa es propiedad de una familia que, con la llegada de los hijos, descubrió que dos habitaciones no eran suficiente pero no tenían intención alguna de cambiar de casa ¿qué hacer? ampliarla...
Es ahí donde entra el estudio de arquitectura Crosshatch, su inspiración en el tetris y su magnífico trabajo en el uso de los espacios y las ventanas para dar a la casa más metros y también más amplitud de la que daban esos metros de más (que eran sólo 45).
El resultado es una vivienda que mantiene en su fachada frontal la esencia de lo que fue y guarda para si, para su fachada trasera, en lo que se ha convertido, una vivienda como un tetris, es decir, una que aprovecha hasta el último milímetro de su espacio.
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