Arquitectura

La sauna en un huevo de oro en medio de Laponia

A 145 kilómetros del Círculo Polar Ártico hay una sauna en un huevo de oro. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué nos une a esta sauna?

En 1929 el escritor húngaro Frigyes Karinthy escribió “Chain-links”. En este relato breve y para esta historia del la sauna en un huevo de oro necesitamos de este pasaje: “We should select any person from the 1.5 billion inhabitants of the Earth -anyone, anywhere at all. He bet us that, using no more than five individuals, one o whom is a personal acquaintance, he could contact the selected individuals using nothing except the network of personal acquaintances”. Era 1929 y era la primera vez que se postulaba la idea de los seis grados de separación.

Los seis grados de separación funcionan en este mundo globalizado no sólo en la relación entre personas. Por ejemplo, ¿qué le une a este redactor con esta magnífica sauna huevo?. No, no he tenido la oportunidad todavía de sentarme a sudar en ella. Ni de contemplarla de cerca. Vayamos paso a paso.

La sauna huevo es el último proyecto materializado del estudio Bigert & Bergström, un dúo de artistas suecos con base en Estocolmo que se dedica a hacer grandes, curiosas y espectaculares instalaciones. El huevo sauna pretende ser un modo de epicentro social, un lugar donde relajarse, socializar, compartir y discutir al tiempo que sirve de atractivo turístico.

La estructura que sostiene esta sauna en un huevo de oro es de acero, al igual que la caldera interior desarrollada como un corazón, no un corazón romántico y simplificado, como un auténtico corazón como verás. Es el corazón de la sauna y pretende ser el corazón de la ciudad. Está recubierto de espejos inoxidables de oro, en planos distintos, que al tiempo que dan forma a la estructura reflejan las muchas facetas del entorno. Su interior, como buena sauna, es de madera de pino y los bancos de álamo. mide casi seis metros de alto, 5,67m de ancho y 4,55m de fondo, lo suficiente como para destacar en el amplio paisaje por su forma, su tamaño y su brillo dorado. Cuenta con baterías propias y paneles solares para alimentarlas, aunque no será por los largos días de sol.

Un encargo para una comunidad, la de Kiruna. Kiruna es el nombre de un tipo de perdiz de la zona, que como tal es ovípara: la perdiz nival, que también hay en el Pirineo y que pone unos huevos como dorados moteados de negro. Pero no nos perdamos.

Norrbotten es la región más al norte de Suecia y Kiruna está en el norte de Norrbotten. De hecho está en el centro de Laponia, a 145 kilómetros del Círculo Polar Artico. Tan al norte de Europa que uno no se imagina encontrarse nada allí. Y nos equivocamos. Rodeado de más de 6.000 lagos y el increíble Parque Nacional de Abismo, Kiruna no sólo tiene cuenta con una importante industria minera que durante décadas y aún hoy es fundamental para la economía local y nacional si no que cuenta con una de las iglesias de maderas más grandes del país -estilo Art Nouveau- y al lado de Jukkäsjarvi, la villa en la que cada invierno se construye el famoso Hotel de Hielo.

Pero además de la industria minera, en Kiruna ha nacido y vive una escritora, Åsa Larsson. Larsson es la creadora de varias novelas negras muy conocidas, Aurora Boreal, Sangre derramada, La senda oscura, Cuando pase tu ira, Sacrificio a Mólek. La protagonista de estas cinco novelas es Rebecka Martinsson vive y resuelve los misterios en esa misma ciudad, Kiruna. Pues Åsa Larsson es uno de los grandes exponentes de la novela negra sueca, junto a Henning Mankell, Jo Nesbo o Stieg Larrson, por ejemplo. Sí, Stieg Larsson, el autor de Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina yLa reina en el palacio de las corrientes de aire, y estas novelas o las has leído o has visto las películas. Seguro. Yo me las he leído. Y a Mankell varios veranos mirando al mar, lejos de Laponia. Muy lejos al sur.

Y ahí lo tienes. Uno ha leído a Larsson, un exponente de la novela negra sueca, como Åsa Larsson que vive en Kiruna, una ciudad minera cerca del Círculo Polar Ártico donde para mejorar la relación de sus ciudadanos con la vida una vez que han tenido que trasladar la ciudad entera para que no se la comiera la mina, el estudio sueco Bigert & Bergström ha creado un huevo dorado que es esa sauna que parece tira de nosotros en medio del frío. Frigyes Karinthy aplaudiría.

Cogido con pinzas, de acuerdo, pero están sauna en un huevo de oro lo merecía. Como merece ser el epicentro de la próxima novela de Åsa Larsson, y nosotros que lo leamos.