Arquitectura

Norman Foster se estrena en Nueva York con un edificio residencial de 44 plantas

50 United Nations Plaza, el primer edificio residencial diseñado por Norman Foster en Estados Unidos.

Vivir en Nueva York es un sueño para muchos y hacerlo en una torre de 44 pisos diseñada por Norman Foster cabe que sea el epítome de ese sueño. Fue en el año 2007 cuando Zeckendorf Development  se hizo con el terreno en el que se levanta hoy este moderno y espectacular edificio, el valor del suelo fue de 160 millones de dólares; el multimillonario israelí Eyal Ofer se unió al proyecto como socio inversor y el terreno fue puesto en manos e ideas de Norman Foster para que fuera su estudio de arquitectura -Foster & Partners. Es el primer proyecto residencial de Foster no sólo en la ciudad más cosmopolita del mundo sino en todo Estados Unidos.

Ya en 2015 se hablaba de la venta de los 88 apartamentos distribuidos en las 44 plantas de este rascacielos neoyorquino, se incidía en que ésta marchaba con cierta lentitud pero se anticipaba también que 4 de ellos habían sido comprados por el Estado de Catar y que el más lujoso y exclusivo de todos, un ático, se vendía por el impactante importe de 70 millones de dólares.

La historia de este edificio empieza mucho antes de que Zeckendorf Development se hiciera con el terreno en 2007, comienza el siglo pasado, allá por el año 1943 cuando el abuelo Zeckendorf ofreció esta parcela en East River a las Naciones Unidas para que ubicase en ella su sede. La operación salió adelante y 2007 fue el año en el que ésta se deshizo con la compra que los herederos de Zeckendorf hicieron del terreno. En honor a la historia de este terreno el nuevo edificio lleva a las Naciones Unidas en su nombre.

50 United Nations Plaza eleva sus 44 plantas hacia el cielo dibujando una nueva torre en el skyline de la ciudad de Nueva York, se trata de un edificio moderno y exclusivo, con fitness center y piscina para uso exclusivo de sus residentes. Los 88 apartamentos se organizan entorno a 3 distribuciones: los que disponen de una única habitación, los de dos habitaciones y los más grandes que disfrutan de tres; los precios varían en función del tamaño y la altura, no tanto en función del lujo porque nada en este edificio es menos que exclusivo.