Vincent Callebaut es, a sus 39, no sólo una referencia en la arquitectura moderna sino un pionero, y es que él es el abanderado de la arquitectura sostenible; Callebaut, desde su estudio de arquitectura en Bélgica, hila proyectos urbanos y ecológicos tras los que subyace la idea de que otras ciudades son posibles, de que otra forma de vida, sin renunciar a las comodidades de las que disfrutamos actualmente en los edificios más modernos, es posible. Su proyecto en Taipei es una buena muestra de las ideas arquitectónicas de Callebaut para las ciudades del futuro.
Callebaut ha creado en Taipei un edificio que, lejos de suponer una confrontación entre la naturaleza y el mundo urbano, representa una relación simbiótica entre el hombre la naturaleza, se trata de un edificio autosuficiente en lo energético e incluso en lo alimentario porque los jardines que pueblan todas las terrazas de fachada no lo son de flores sino de hierbas aromáticas, medicinales e incluso de hortalizas y verduras.
La inspiración de la que nace este eficio es la esencia de la vida, la representación gráfica del adn, de ahí que su forma sea la de dos torres flexibles, versátiles y simétricas unidas por una parte central en la que encontramos dos escaleras y hasta 4 ascensores de alta velocidad, en la parte superior el edificio dispone de placas fotovoltaicas.
Una vez nos acercamos al proyecto Callebaut en Taipei descubrimos como no sólo representa un nuevo tipo de construcción sino que su concepción se basa en una nueva forma de vida: se trata de un edificio construido con materiales reciclados o reutilizados sino que además todos sus residuos, o bien han sido orgánicos y se han integrado de nuevo en la naturaleza, o han encontrado otros usos en nuestro mundo industrial, nada se tira, todo se reutiliza porque para Callebaut los materiales son como la energía, se transforman pero no se deshechan.
Quienes vivan en este soberbio edificio de Taipei -Agora Garden- no sólo no contribuirán al daño medioambiental que infringen los nucleos urbanos al medioambiente sino que demostrarán que otra forma de vida es posible, la que propone la arquitectura de Callebaut: edificios sostenibles y autosuficientes, gentes que cultivan la naturaleza en sus terrazas, vehículos híbridos... Y si un miembro destacado del mundo arquitectónico como es Callebaut lo tiene tan claro ¿quienes somos nosotros para llevarle la contraria?.
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