Haarlem es una ciudad histórica a las afueras de Amsterdam, cabe que su nombre te recuerde más al barrio neoyorquino de Nueva York que a una ciudad holandesa y lo cierto es que hay una estrecha relación entre ambos: fueron los holandeses quienes llegaron primero a lo que hoy es Manhattan y bautizaron su asentamiento como Nueva Haarlem, tras ellos llegaron los británicos, quienes se hicieron con el lugar bautizándolo como Nueva York; que haya un barrio de Nueva York que responde al nombre de Harlem es la prueba viva del paso de los holandeses por aquella ciudad en los tiempos del descubrimiento del nuevo mundo.
Claro que el Haarlem original está en Holanda, a 20 kilómetros de Amsterdam; fue un puerto de importancia capital para el comercio con el norte de Europa y se conserva mucho de su aspecto de antaño en sus calles adoquinadas y en sus coquetas casas; Haarlem es hoy una ciudad con una oferta cultural más que interesante y una calidad de vida notable, tanto que, aun a pesar del alma viajera de los holandeses, los hay que cuando vuelven a su país lo hacen a su ciudad, a Haarlem y se dan el capricho con el que siempre soñaron: una casa en el río.
Ésta que os enseñamos hoy destaca sobre todas las demás por su diseño, por los materiales naturales en los que toma forma, por su uso de energía solar, por su diseño contemporáneo y porque es precisamente eso, el sueño hecho realidad de Lex, un tipo que había vivido toda su vida en las imponentes casas de techos altos de Haarlem y que dedicó dos años, desde que estuvo finalizada la estructura de la casa en 2015, a hacer de su interior su paraíso personal.
Luminosa y funcional, con una cocina abierta y mirando al río, esta casa es la demostración flotante de que hay otras formas de vivir...
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