Los espacios giran en torno a la función. Espacios para dormir, comer, para guardar, sentir, para compartir, ser libre, para disfrutar, explorar, crecer. Espacios para la vida. Y así se estructuran y así deben estructurarse, más allá del diseño, para una vida. Como House N, de los arquitectos argentinos Estudio GM ARQ.
Lo que comenzó siendo una casa de fin de semana, un escape, un refugio, un lugar para desaparecer y disfrutar de la vida, del tiempo libre en un entorno natural, acabó siendo una vivienda para vivir una vida plena en la que juega un papel fundamental la pasión por el motor de su propietario. La función. El garage es un lugar fundamental de la casa, un lugar no sólo para guardar, para conservar, si no un espacio de exposición para los coches, las motos, y un moderno taller mecánico. Pequeño pero suficiente, con una elegante y práctica plataforma que permite extenderlo y luz natural gracias a sus corrimientos laterales. Una ingeniosa solución para crear un espacio único de dentro a afuera y de fuera a adentro.
Y de ahí en adelante, la casa completa, modular, cartesiana, crea volúmenes rectilíneos en hormigón, que sostienen visualmente un bloque blanco -que destaca con elegancia en el paisaje-, que van desde el garage a la terraza con vistas a la laguna en dos plantas.
La primera, un espacio de vida común, el área más publica, una gran sala de estar, el salón abierto a la terraza y al lago con largos ventanales, la cocina y una suite, un dormitorio con baño para alojar a los invitados y que se utiliza habitualmente como sala de estar o como aquellas estancias que había en las casas antiguas destinada sólo para oír la radio o ver la televisión, la clásica salita.
El segundo piso alberga las habitaciones de los niños y un baño que comparten ambas habitaciones, la suite principal, grande, amplia, luminosa, que tiene un baño moderno, de diseño moderno y funcional, y con el lujo de tener también vistas a la laguna, para disfrutar de ese lujo que es bañarse mirando al campo, al agua.
La casa tras el garage es una de esas casa inspiradoras, sencillas y funcionales, llenas de luz y de vida. Una magnífica obra que merece observar. Toda una inspiración. Al menos para nosotros. El lujo no es el rococó, ni el oro. El lujo es la experiencia, y esta casa es una garantía de una vida llena de magníficas vivencias compartidas.
Galería de imágenes
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Fotografías de Alejandro Peral
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