En las próximas semanas vamos a pasar más tiempo en casa, tantos como podamos y tanto como podamos, de ahí que miremos a nuestro alrededor, nos aseguremos de tener todo lo necesario para estar cómodos y entretenidos, respiremos hondo y, viendo el sol por la ventana, nos lamentemos de la llegada del COVID-19 y sus consecuencias. Quedarnos en casa es una consecuencia menor, mal que nos pese, mucho menor que las que tendríamos que sufrir si no nos quedamos en casa y el coronavirus sigue campando a sus anchas en nuestras ciudades, lo entendemos y por eso, insistimos, nos quedamos en casa... pero también hemos de reconocer que si nuestra casa fuera como Henge Hill sería más placentero eso de quedarse en casa...
Henge Hill es una gran casa construida sobre los restos de unas instalaciones agrícolas, está en lo alto de una colina y mira hacia un entorno natural bellísmo, su estructura es la del edificio original pero su interior es otro mundo... un mundo de diseño y placer que no nos puede gustar más.
Se trata de un diseño del polaco Bartosz Domézek; al mantener la estructura original, ha creado una especie de soportales semicubiertos ideales para un paseo y una gran escalinata para acceder a la casa; el interior es de diseño contemporáneo e incluye todos los avances tecnológicos que puedas imaginar, a nosotros la cocina con isla nos ha enamorado.
Hay casas y casas y la de Henge Hill es de las más bellas y acogedoras que hemos visto ¿no crees?.
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