Arquitectura

La fábrica de cemento de Bofill, una de las mansiones más bellas del mundo

Y entonces una fábrica de cemento catalana se convirtió en una de las mansiones más bellas del mundo...

Hay lugares que evocan sensaciones, emociones, recuerdos... e incluso películas y, por alguna extraña razón, esta casa, especialmente las imágenes de sus zonas exteriores, nos llevan a la versión de las Grandes Esperanzas de Charles Dickens que filmó Alfonso Cuarón como director contando en los papeles principales con Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow, que estaban acompañados en un excepcional reparto por gentes de la talla cinematográfica de Robert De Niro o Anne Bancroft.

Paseando los jardines, que son más bosques o al menos grandes parques, que jardines, nos imaginamos la fuente de piedra en la que la boca de Hawke se encuentra con la de Paltrow y la inmensa presencia de la casa, que fue antes que vivienda fábrica de cemento, nos traslada al momento en el que Hawke, bajo la lluvia y botella en mano, grita su amor y su éxito a su musa. Y así podríamos seguir, viviendo escenas de la película en los rincones de esta soberbia vivienda que lo es gracias a la gran visión arquitectónica y de interiorismo del arquitecto Ricardo Bofill.

¿Quién hubiera dicho que una antigua fábrica de cemento podría convertirse en una vivienda excepcional que es a ratos loft, a ratos mansión, que vive y aprovecha sus diferentes alturas y, sobre todo, enamora por sus techos altos, su estilo de diseño industrial y la calidez que aporta Bofill a su decoración?.

Sólo una mente creativa de vanguardia arquitectónica puede llegar a imaginar las posibilidades que ofrece una antigua fábrica de cemento construida en varias fases que dejan como resultado un lugar surrealista, brutalista... único, un espacio mágico que Bofill ha convertido en su espacio: en su estudio y en su hogar.

La fábrica de cemento, hoy hogar Bofill, se organiza en cuatro grandes espacios; el estudio -un bello rincón de trabajo ubicado en los silos de la fábrica que ocupa 4 plantas unidas por una escalera de caracol-, la catedral -un espectacular lugar de techos altos para presentaciones o exposicones-, los jardines -que parecen un maravilloso jardín inglés, además la vegetación que se descuelga por el exterior del edificio le da un aspecto romántico que sea, tal vez, el que nos llevó a las Grandes Esperanzas de Dickens- y la residencia -con sus espacios abiertos y sus escaleras vistas, su sala rosa, su chimenea, mesa de mármol o sillas que son una re-edición de un diseño de Gaudí-.

Nada es típico, ni clásico, todo en este hogar es pura vanguardia, diseño industrial y brutalista, armónico, bello, luminoso, acogedor y único.