Imagina la escena. Un hotel de ensueño. La brisa salina del mar en el ambiente. Una mesa a la luz de las velas junto a un exuberante jardín o en el interior de un elegante salón resguardado por regios cortinajes y alumbrado con grandes candelabros y el fulgor de las brasas.
Es el restaurante El Grill, y está en el lujoso Marbella Club. No es el clásico restaurante de hotel. Es más, es punto de encuentro de adictos a su parrilla, huéspedes, locales y visitantes puntuales, porque su fama va más allá de las puertas de este establecimiento cinco estrellas, uno de los pocos españoles en la prestigiosa lista "The leading hotels of the world".
Es en las noches donde brilla con luz propia y se abarrota de gente guapa vestida para la ocasión. ¿Su secreto? Esperadas recetas de siempre que buscan sorprender con lo más sencillo a la par que complejo: el sabor. Un sabor conseguido sin grandes añadidos, sin fuegos artificiales, con un buen producto y la menor manipulación.
Los ingredientes de temporada complementan deliciosas carnes seleccionadas que también varían según la estación del año. El otoño trae la caza, por ejemplo, con un menú muy especial que es un reclamo más para una escapada al microclima marbellí cuando en el resto del país se sacan ya los abrigos.
Cordero, buey, ternera, pato. Las piezas son siempre excepcionales. Las más sabrosas son las que se hacen en parrilla, desnudas, con la sola compañía de algunas salsas y guarniciones. Otras pueden probarse, además, en un menú degustación o en otros platos de una carta que se completa, como no, con el pescado recién traído de unos metros más allá (dorada, rodaballo o lubina salvaje sirvan de ejemplo).
Decía el príncipe Alfonso de Hohenlofe, fundador del hotel e instigador del glamour de la zona en su época dorada, que salir a cenar es como desprenderse de las preocupaciones del día a día para sumergirse en un ambiente de celebración". El Grill desde luego es una fiesta. Una con el sello del chef Juan Gálvez que firma una experiencia exquisita.