Escena

Una maleta, una mujer y Mario Benedetti viajan al Lara de Madrid

Una noche de abril del 85, en Madrid, Mario Benedetti se prepara para volver a su Uruguay natal tras casi doce años de exilio. Un viaje en el que solo le acompaña una maleta… Y una mujer.

Una mujer desnuda presenta a Benedetti en España, el país que le acogió durante sus últimos cuatro años de exilio, la noche antes de regresar a Uruguay. La vida lejos había sido difícil. La vuelta, no iba a ser fácil.

El exilio de Benedetti fue largo. Como su vida de poeta y de activismo político. Fue Madrid su último refugio antes de regresar a su Montevideo querido e inventar la palabra desexilio. Porque acostumbrarse a vivir de nuevo en el que fuera su hogar tras escapar de tres dictaduras militares, miles de muertos, torturas y vidas truncadas, requería un doloroso proceso de “desausencia”. Proceso que tal vez nunca llegó a completar, pues la muerte de Luz —su mujer— fue para él el más duro de los mazazos. El que quizás lo hirió para siempre. Eso, aparte del cambio que le recibió en su país: la desconfianza de sus gentes; su propio cambio.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos,
para los labios casi un destino
y para el corazón un despilfarro.

Mario Hernández pone en escena Una mujer desnuda y en lo oscuro. Un montaje teatral basado en diversos textos de Benedetti que recoge la voz del poeta a través del exilio. Benedetti abre su maleta de recuerdos para conducir al espectador hacia su propio periplo: Argentina, Chile, México, Cuba, España. Una puesta en escena sobria, delicada, con la maleta (las maletas) como decorado principal, casi exclusivo. Pues en la vida de un exiliado es el icono: no hay nada más. Nada que pueda acompañarle que no quepa en una maleta mal hecha y con prisa. Y una mujer…

Emilio Linder es Mario Benedetti; Esther Vega, la mujer que lo acompaña en ese viaje a través de la poesía y la denuncia. Un viaje que recala, sobre todo, en la estación de la lucha. El lado menos recordado de un poeta profundamente ligado al amor, al mensaje romántico. Sin embargo, su combate contra la injusticia y la falta de libertad parece relegado a un segundo plano. ¡Qué paradoja! Un autor que jamás desaprovechó la oportunidad de bombardear la pobreza y la marginación a golpe de versos, venerado por su romanticismo.

Nuestro montaje busca recuperar ese Mario Benedetti que nunca se fue, que nunca olvidó. El Mario Benedetti que contó y escribió, explica el joven director. La convivencia del poeta reivindicativo y el poeta enamorado es el pilar de una trama que también persigue el recuerdo. El de la historia y la dictadura, para que no se repita. El del poeta, por supuesto.

Una mujer desnuda y en los oscuro regresa a Madrid, al escenario del Teatro Lara, del 3 al 31 de agosto.