Barbados, etcétera. Foto: © Vanessa Rabade
Escena

Tres textos, dos actores, una obra: 'Barbados, etcétera'

'Barbados, etcétera', de Pablo Remón, regresa al al Ambigú del Teatro Kamikaze para reflexionar sobre la pareja.

El principio es la nada. Dos actores, un espacio en blanco. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? Imposible saberlo. ¿Son personajes? No lo son. ¿Hay una historia? No la hay. ¿Entonces? Sólo hay palabras. Formas, sombras. Letras suspendidas, frases que flotan sobre el escenario. Es el tiempo de la siembra. La germinación llega algo después, cuando los símbolos, los objetos, las situaciones atraviesan la escena. Un tapicero enamorado, la sección Terraza y jardín de Ikea, un dentista precavido, Barbados...

Y una extraña pareja. O no tanto. Porque todo ese mundo onírico latente en el fondo de las tablas se introduce en la cabeza del espectador mediante una explosión de encuentros y desencuentros, armonías y disonancias, cuando los actores se lanzan a narrar su historia bajo los destellos de un neón azul. El único exceso escénico que se permite el montaje.

Escrita y dirigida por Pablo Remón, Barbados, etcétera es una triple función inspirada en la tradición del teatro anglosajón: agrupar piezas breves que comparten resonancias o estilos. La memoria, la comunicación y el amor constituyen en este caso las variaciones sobre una misma composición musical cuyo punto de fuga es la pareja. La isla de Barbados, la metáfora, el espacio imaginario donde fluye la melodía y también el ruido de la desmemoria, la incomunicación y el desamor.

Al aparente desorden inicial le sigue el fantástico diálogo de Fernanda Orazi y Emilio Tomé. Los protagonistas de esta su historia de amor contada con humor y extrañeza conducen al espectador a través del camino de su pasado y su presente, convertidos en los guías de la imaginaria isla de Barbados donde discurre la narración. No se trata de un sendero diáfano ni derecho. Ellos mismos tropiezan. Juegan, inventan, oscurecen, mienten. Se escuchan y no. A veces, se ponen de acuerdo; otras se contradicen. A veces, son la pareja; otras, no.

Tras La abducción de Luis Guzmán y 40 años de paz, Remón consagra en esta pieza su cada vez más depurado lenguaje escénico. Una mezcla de recurrentes referencias al pasado, ecos esperpénticos y surrealistas e indiscutibles guiños a Harold Pinter configuran el sugerente estilo de este dramaturgo minimalista e irónico que despunta como uno de los más interesantes del panorama escénico actual.

+

Barbados, etcétera. Escrita y dirigida por Pablo Remón. Reestreno: lunes 16 de octubre, a las 19h. De lunes a jueves, hasta el 2 de noviembre en el Pavón Teatro Kamikaze.