Teatro Clásico de Mérida
Escena

Cuatro obras clásicas para disfrutar del Festival de Mérida en Madrid

El Bellas Artes acoge durante todo el mes de abril cuatro obras estrenadas en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

Por segundo año, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida se extiende en Madrid con cuatro obras estrenadas en la capital extremeña. Se trata de una pequeña muestra de comedia, tragedia y drama griegos que resume la variedad representada en el festival más icónico del verano español. Además de una segunda oportunidad de acercar al público los grandes clásicos, supone un avance de la próxima edición que abrirá el telón el próximo 5 de julio.

Así, saltándose el verano y el colosal escenario emeritense, el veterano certamen se traslada a Madrid en pleno apogeo de la temporada escénica. Ya son cuatro, contando con el Bellas Artes, las sedes externas a las que llega la programación al margen de su estación y marco habituales, otorgándole unas dimensiones culturales extraordinarias.

Tras el cierre de la 62ª edición, con 163.483 espectadores y un éxito de taquilla en crecimiento, las instituciones extremeñas apuestan de nuevo por la extensión del festival a los teatros romanos de Medellín, Cáparra y Regina. A ella se suma Madrid que cambia la arena por las tablas y la monumentalidad del ambiente por la belleza y familiaridad del emblemático teatro Bellas Artes. Cuatro serán las obras que durante este mes de abril calentarán los motores del certamen dirigido por Jesús Cimarro por sexto año consecutivo.

Esteve Ferrer se pone al frente de la primera de ellas, Los Pelópidas. Una brillante versión en forma de comedia que, a través de la caricatura y el sentido del humor, desmitifica los tremebundos conflictos de las tragedias griegas. Mientras la segunda entrega, Marco Aurelio, desgrana los conflictos que sacudieron a uno de los  más grandes emperadores romanos de la historia, la tercera pone en escena el mito de El cerco de Numancia. La obra de Cervantes dirigida por Paco Carrillo retoma el sacrificio de los numantinos convirtiéndolo en una analogía contemporánea. Cierra el ciclo otro mito de la dramaturgia griega, pero esta vez enfocado desde el punto de vista humano. El Aquiles de Roberto Rivera es un héroe hastiado que se pregunta si vale la pena cumplir con su destino.