Escena

Los cerezos de Chéjov florecen en el Valle Inclán

El Centro Dramático Nacional presenta "El jardín de los cerezos" de Anton Chéjov, dirigida por Ángel Gutiérrez.

Padre del relato moderno. Escritor de lo cotidiano. Maestro del minimalismo. Innovador y prolífico. A su manera, un rebelde que abrió las puertas de la nueva narrativa. La que hoy conocemos. Pero no sólo se saltó a la torera las normas de la tradición literaria de la Rusia decimonónica, Anton Pavlovich Chéjov se llevó por delante los fundamentos del teatro clásico. Así, sus cinco grandes dramas —Ivanov, Tío Vania, La gaviota, Las Tres hermanas, El jardín de los cerezos—, marcaron el inicio de una nueva forma de interpretar.

Conocer por dentro el teatro de Chéjov es, sin duda, una labor tan deliciosa como infinita. Llevarlo a escena, un desafío. Pues en su obra es casi tan fascinante lo que enseña como lo que esconde. Una complicada tarea que la compañía española Teatro de Cámara Chéjov viene realizando desde hace tres décadas. Y es que su fundador y director, Ángel Gutiérrez, ha consagrado su vida al teatro, pero sobre todo a la inmensa obra dramática del maestro ruso. Chéjov ya estaba muy enfermo cuando escribió El jardín de los cerezos —su última gran tragicomedia —, y es precisamente esta obra la última que el director español formado en Rusia acaba de estrenar en el Teatro Valle Inclán de Madrid.

Siempre hemos leído El jardín de los cerezos como la alegoría del fin de una época — Toda Rusia es nuestro jardín—, la decadencia de una clase social que se desmorona —¡Venid todos y ved cómo Ermolai Lopajin asesta su primer hachazo al jardín de los cerezos!—. Sin embargo, Ángel Gutiérrez va más allá y llena el escenario con ese sonido enigmático que envuelve la obra. Porque, en realidad, nadie sabe de qué trata El jardín de los cerezos. Porque tal vez sea ese gemido suave y melancólico —el sonido de una cuerda rota, triste, estremecedora— que cierra el segundo acto (y paraliza el corazón de todos los asistentes a la parodia de la fiesta que se celebra en los jardines de la hacienda de la noble Liubov Andréievna Ranievskaya) la verdadera metáfora de esa sociedad feudal que agoniza.

Nadie sabe qué significa ese sonido, pero todos permanecen inmóviles, hechizados, aferrados a sus privilegios. Como el espectador que, envuelto en la magia de la obra chejoviana y el sublime montaje de Ángel Gutiérrez, asiste de nuevo a la sacudida del maestro que hace más de cien años ya advertía del desastre.

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El jardín de los cerezos
Teatro Valle-Inclán

Fechas: del 8 al 24 de mayo
Traducción, adaptación y dirección: Angel Gutiérrez
Escenografia: Ángel Gutiérrez

Producción: Teatro Chéjov. Compañía Ángel Gutiérrez