La romería de los cornudos. Fundación Juan March
Escena

Antonio Najarro recupera el ballet 'La romería de los cornudos'

Antonio Najarro y la Fundación Juan March recuperan La romería de los cornudos. Un referente en la historia de la danza española, inédito desde su estreno en España en los años treinta.

En 1927, Federico García Lorca y Cipriano de Rivas Cherif crearon a cuatro manos uno de los libretos para ballet más originales escritos hasta la fecha. El argumento, retomado posteriormente por Lorca en Yerma, hunde sus raíces las romerías populares de principios del siglo XX. En concreto, la celebraba cada 5 de octubre en el pueblo granadino de Moclín en honor al Santo Cristo del Paño. Bajo el título La romería de los cornudos, ambos creadores reconstruyen la tradición —numerosas parejas acuden en romería al santuario para pedirle al Cristo la maternidad para las mujeres estériles. Aquella que vaya al bosque la víspera de la fiesta y vuelva coronada de flores quedará embarazada— con tintes orgiásticos, mordaces y burlescos.

El estreno del ballet en el Teatro Calderón el 9 de noviembre de 1933 fue todo un acontecimiento. Los grandes críticos de la época se hicieron eco de la riqueza estética y argumental de una pieza que revolucionó la escena musical y la danza española de los años 30. No sólo la partitura de Gustavo Pittaluga sonaba a renovación con ciertos ecos de Falla; igualmente, la coreografía firmada por la Argentinita, fusionaba por primera vez elementos propios del folclore popular con la tradición académica del ballet clásico. Por supuesto, el libreto: ritual y simbólico; repleto, por un lado, de referencias paganas asociadas a la maternidad, la fecundidad, la sexualidad y los mitos dionisíacos, por otro inmerso en la iconografía religiosa cristiana.

También la escenografía diseñada por el pintor Alberto Sánchez causó sensación. Enmarcada dentro de la llamada Escuela de Vallecas, en los decorados predominaban las referencias al paisaje castellano-manchego. Grandes telones pintados reproducían formas vegetales y animales a medio camino entre la vanguardia internacional, la abstracción y elementos casi naif, prehistórico.

Aunque no todas las críticas fueron favorables —algunos no comprendieron la fusión de bailaores flamencos y bailarines clásicos; otros refirieron una excesiva influencia de Falla; no faltaron los timoratos que, horrorizados el carácter transgresor de la pieza, lo tildaron de inmoral y pagano—, la mayoría no dudó en destacar la estética, la belleza de la puesta en escena, la relevancia de La romería de los cornudos como símbolo de la “modernidad” y la vanguardia cultural.

En la octava edición del Teatro Musical de Cámara, la Fundación Juan March se adentra por primera vez en el mundo de la danza, recuperando La romería de los cornudos. Un referente de la historia de la danza española que había permanecido inédito desde su estreno en España en los años treinta y en Norteamérica en los cuarenta.

Se trata de una “nueva coreografía que he concebido con mi personal lenguaje y forma de interpretar y transmitir la danza española”, explica el director del Ballet Nacional de España. “Ha sido mi intención narrar esta historia dotando de personalidad propia a cada uno de los siete personajes que la protagonizan, al tiempo que se preserva la forma y estilo de la época en la que fue concebida la obra”.

En paralelo a las funciones, la Fundación Juan March exhibe en el vestíbulo del salón de actos una muestra documental con materiales procedentes de distintos archivos en torno a Pittaluga, Lorca y el ballet español.