Pianista, productor musical de teatro, cine y televisión, profesor de educación musical. Pero por encima de todo, compositor. Lo que él quería desde que a los trece —lo tenía muy claro ya entonces—decidió dedicarse a la música en cuerpo y alma. Juan Antonio Simarro vive entre Madrid y Los Ángeles, su música ha recorrido España de punta a punta (Veranos de la Villa 2015, Festival Marqués de Santillana, Festival de Almagro con la obra Amarga dulce), también Europa —Portugal, Bielorrusia, Rusia—, México, Argentina, Venezuela, Estados Unidos, Colombia.
Y entre tanto, componer, componer y componer… La sinfonía El mundo es música, por encargo de MusicaEduca y el ballet The Spanish Swan que estrenará en Los Ángeles en enero de 2016 han ocupado gran parte, tal vez la mayoría, de su tiempo durante los últimos meses. Aunque ello no le ha impedido participar con su música en los proyectos de danza de la bailarina tinerfeña Paula Quintana, Amarga Dulce y Latente cuya representación volverá al Teatro Galileo de Madrid los días 15, 16 y 17 de octubre, una magnífica oportunidad para disfrutar de su faceta más sinfónica; o en las semanas de la moda de Madrid y París, junto al diseñador Ion Fiz, sentado al piano en uno de los desfiles más espectaculares de la temporada.
Melódica y cautivadora, su música es tan exquisita como inclasificable —él mismo huye de las etiquetas— y aunque su capacidad creadora transita entre géneros tan variados como el pop y el jazz, es su armonía “clásica” tal vez la más hipnótica de todas sus facetas musicales. Porque Simarro sabe cómo crear una atmósfera de ensueño, irresistible, transmitiendo al tiempo toda su pasión, su amor por el arte. Le basta con arremangarse sobre el piano o triscar un riff en su ukelele para persuadirnos de que no sólo es posible otra música ¿clásica?; también, y esto es más importante, un nuevo público para ella, afirma el escritor y crítico audiovisual David Rodríguez Cerdán.
Y es que Juan Antonio conecta con una facilidad asombrosa, no solo en el campo artístico; su trato personal es afable, cercano, encantador y, cómo no, también ha sabido convertir las redes sociales y el mundo de internet en sus fieles aliados. Así, lejos de concebir el nuevo concepto digital como enemigo de la música lo ha utilizado a su favor en el lanzamiento de su primer trabajo discográfico en solitario. Un trabajo en formato USB (donde se incluye material extra como partituras, fotografías y videos) que bajo el título Juan Antonio Simarro, recoge once piezas escritas para piano, violín, viola, violoncello, contrabajo y ukelele. Entre ellas el magnífico Adagio para violín, piano y orquesta de cuerda (su favorita) que interpreta de forma magistral junto a Ara Malikian y Noche en el Café Montarto, una delicia musical que evoca momentos de juventud en un hotel de Baqueira.
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