Vamos a montar un Don Juan Tenorio. Pero un Don Juan distinto, donde desbaratemos una a una todas las características del mito, ese mito trasnochado, antiguo, desfasado, sobrepasado, amargo recuerdo de épocas pasadas. Vamos a contar que ya no existe, que ha huido, que lo hemos dejado atrás.
Ni más ni menos, esta es la idea que pasa por la cabeza de la directora teatral protagonista de Esperando a Don Juan, la última producción de Albert Boadella que se representa hasta el 2 de marzo en los Teatros del Canal. Y es la idea que también se le va al traste cuando contrata al actor Arturo Fernández -quién si no- para dar vida a uno de los personajes de la obra. El mito de Don Juan contra su leyenda oscura. Pasen y vean el combate, de resultado incierto. En esa esquina, todo lo que pensamos malo del Tenorio, ya apuntado... y en la otra, un Don Juan, El Don Juan de toda la vida, Arturo Fernández,
Un planteamiento original de Boadella y una presencia, imponente, del veterano actor que lleva desde 1951 subido a los escenarios, y que tiene esa pinta de las mezclas de elementos contrarios que, a pesar de todo, van a funcionar como si estuvieran hechos el uno para el otro. ¿No es verdad, ángel de amor?
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