A Pierre Carlet de Chamblain de Marivaux (1688-1763) le fascinan los enredos. Si tratan de amor aún mejor. Eso de confundir al contrario; de mezclar nobles con plebeyos; de despistar al padre aristócrata, austero e inflexible; de adentrarse en territorios resbaladizos y burlar la moral de su tiempo… Eso es lo que más divierte al refinado dramaturgo francés. Aunque tras ese humor fino y aparentemente inofensivo, se esconde una crítica social demoledora.
Escritor, periodista, seducido por la Comedia del Arte italiana e ignorado por sus contemporáneos, Marivaux se convierte en un auténtico transgresor de costumbres y destructor de estereotipos. Sus complejos bailes de máscaras y comedias de embustes jamás estuvieron de moda mientras vivió. Sin embargo, hoy, su teatro está experimentando un merecido resurgir, sobre todo entre las últimas generaciones de directores de escena de nuestro país.
Más o menos lo que le sucedió a Amelia Ochandiano cuando redescubrió la estética marivaudiana. Pues aunque ella misma reconoce no ser muy amiga de subir al escenario los clásicos enredos amorosos, con Marivaux todo es distinto. Y es que Marivaux va más allá y pone el foco en “la fragilidad” de los sentimientos, en la escasa duración del amor como sinónimo de deseo, en el mercadeo sentimental y en el interés de las relaciones amorosas, afirma la directora, actriz y bailarina de la Compañía Teatro de la Danza de Madrid.
Por ello, hipnotizada por sus juegos, sus dobles caras, sus verdades a medias, Ochandiano elige El Príncipe travestido o el Ilustre aventurero para poner en escena una versión contemporánea de una de las obras más divertidas, sorprendentes e ingeniosas del autor. Con la intención, nada fácil —explica Amelia— de trasmitir ese escalofrío que provocan los clásicos cuando, a pesar del tiempo trascurrido, siguen sacudiendo al hombre contemporáneo y nos hablan de nuestro día a día, de nuestra esencia.
Así, entramos de lleno en la actualidad más subversiva de este mago del enredo que nos narra las tribulaciones de una princesa de Barcelona perdidamente enamorada del capitán de su ejército. Un hombre, cómo no, mucho más atractivo y misterioso que el lánguido príncipe que el destino ha preparado para ella. Con estos ingredientes, una amiga casamentera, un trepa de tomo y lomo y viejas rencillas territoriales, los sobornos, los enredos y las intrigas no tardan en medrar.
Para conocer el desenlace no hay más que acudir, del 27 de febrero al 22 de marzo, a las Naves del Español de Matadero Madrid. Donde bajo la coreografía y dirección de Amelia Ochandiano, los actores del Teatro de la Danza llevan a escena este texto escrito en 1724 para seis personajes que profundiza en la parte más oscura y miserable del ser humano, al modo de la comedia marivaudiana.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8