La Compañía Nacional de Teatro Clásico en colaboración con el Teatro Nacional de Burdeos en Aquitania presentan en Madrid Lorenzaccio. El drama de Alfred de Musset inspirado en la Florencia del siglo XVI y la figura de Lorenzo de Medici. El montaje dirigido por Catherine Marnas, referente en la escena europea y cabeza visible del TNBA, se adentra por primera vez en el lado más oscuro e inquietante tanto de la trama como de su protagonista, Lorenzo; con una revisión en clave contemporánea de esta obra maestra del teatro romántico francés.
Lorenzaccio se ha leído a menudo como la pieza que refleja las decepciones políticas de Musset tras la subida al trono de Francia de Luis Felipe I, el rey burgués. El drama de la juventud liberal francesa enfrentada a la gerontocracia de la Restauración borbónica (1814-1830), cuya amargura y desesperanza escupe el joven autor a través de Lorenzo. Aunque la referencia histórica es obvia, la directora francesa explora las motivaciones más profundas de sus protagonistas, adentrándose así en un Lorenzaccio mucho más lúgubre que la imagen romántica que suele acompañar a la obra. Lo que me atrae de esta obra es su lado más oscuro; una suerte de intuición, un eco a la vez poético y filosófico, explica.
Tomando a Lorenzo como una metáfora de la situación actual —crisis económica, corrupciones políticas, resurgimiento de ideologías extremas, catástrofes—, Catherine Marnas canaliza todas las tensiones contemporáneas en una versión arriesgada, con textos y personajes recortados y una puesta en escena sobria, carente del colorido florentino de la época. Además, tiene en cuenta las circunstancias personales en las que Alfred de Musset se encontraba cuando escribió la obra. Apenas contaba con veintitrés años y acababa de abandonar una turbulenta relación con la también escritora George Sand —siete años mayor que él y el gran amor de su vida—. Herido por su musa, el joven Musset se inspira en un breve texto inédito de Sand (Una conspiración en 1537, sobre una crónica histórica de Benedetto Varchi) para derramar en el suyo toda la amargura que le asolaba, pese a no tener intención alguna de publicarlo consciente del escándalo que supondría para la censura de la época.
Y es que Musset, a parte del desencanto político, aborda cuestiones hasta entonces jamás tratadas en el teatro europeo como la homosexualidad o la “máscara”, que él emplea más como una alegoría del cinismo del poder que como un mero disfraz de los bailes aristocráticos. De ahí que Lorenzaccio tenga dos lecturas fundamentales: una política, centrada en la recuperación de las libertades florentinas; y una segunda sobre el drama individual de Lorenzo de Medici (a quien Musset otorga parte de su propio pesimismo e insatisfacción), corrompido por su inconfesable entrega al poder —a su primo Alejandro, del que es a un tiempo amante y alcahuete— y empujado a cometer un tiranicidio, en cuyas consecuencias ya no cree y que, en última instancia, parece más bien parece un ensayo de su propio suicidio.
La obra, que se representará en versión original subtitulada en español, podrá verse los días 16, 17, 18 y 19 de junio en el Teatro de la Comedia de Madrid.
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Lorenzaccio de Alfred de Musset.
Dirección: Catherine Marnas. Producción del Théâtre National de Bourdeaux en Aquitaine, compañía invitada de la CNTC.
Funciones: 16-19 de junio 2016 en el teatro de la Comedia.