Cualquier aficionado a la música clásica reconoce que el acto inaugural del año en Viena comienza con el Concierto de Año Nuevo, evento que nació como parte de la propaganda nazi que pretendía convertir el vals austriaco en la verdadera música del III Reich. El concierto se lleva a cabo en la Sala Dorada del Musikverein, salón de estilo neoclásico construido en 1870 por el arquitecto danés Theophil Hansen por encargo de la Sociedad de Amigos de la Música de la capital austriaca.
Desde entonces, entre cariátides doradas y flores escogidas por la Concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Viena en la ciudad italiana de San Remo, la Filarmónica de Viena ha sido la encargada de interpretar un programa dirigido por lo más reputados directores: Maazel, Karajan, Abbado, Mehta, Barenboim, Dudamel, o Muti -que repite este año-, entre otros muchos.
Si el vals no es lo tuyo, hay otros conciertos de Año Nuevo. Por ejemplo, el Concierto de Año Nuevo que ofrece la Filarmónica de Berlín el 31 de diciembre. Paradójicamente, el concierto de Viena también nació el último día del año, no el primero. Este año, la dirección del concierto correrá a cargo de Sir Simon Rattle, con un programa con obras de Dvorak (Obertura de Carnaval), Stravinski (Pas de deux de Apollon musagète), Strauss (Canciones orquestales), Bernstein (3 Dance Episodes y Take Care of this House), y Shostakovich (Suite de La edad de Oro).
Dicen que el Barbican Centre es uno de los edificios más feos de Londres. Estoy de acuerdo, aunque siendo uno de los espacios musicales más grandes de Europa y lugar donde tienen su sede la Orquesta Sinfónica de Londres y la de la BBC, resulta uno de los lugares imprescindibles para disfrutar de un extraordinario concierto de Año Nuevo. Desde la Obertura de Guillermo Tell de Rossini, hasta Jupiter de Holst, pasando por Nessun Dorma de Puccini.
Muy recomendable, y posiblemente más cercano, es el Concierto de Año Nuevo que tiene lugar el 1 de enero en el Teatro Real de Madrid. Será interpretado por la Orquesta Clásica Santa Cecilia, con los valses de Strauss y sorpresas como los Salut Galopp y Champagne Galop de Lumbye, España y el Vals de los patinadores de Waldteufel y el Vals La tormenta de nieve de Sviridov.
Alejado también de los cánones vieneses se encuentran los dos conciertos que ofrece la agrupación Boston Baroque dirigida por su fundador, Martin Pearlman, programa de música barroca que incluye el Gloria de Handel y el Concierto Brandemburgo número 1 de J.S. Bach.