Classical

Cinco piezas del barroco que nos encantan

Porque somos barrocos aunque no lo sepamos, ahí van cinco piezas.

Son muchos los estudios que han venido a demostrar que la música del barroco, la compuesta por Bach, Handel o Vivaldi, tiene cualidades para potencializar las ondas cerebrales alfa, mejorar el rendimiento, estabilizar los ritmos mentales, físicos y emocionales, para llegar a una profunda concentración. Además, dicen los estudios, que reduce el estrés y la ansiedad, e incrementa el coeficiente intelectual mientras la escuchas. Que si va de cincuenta a ochenta compases por minuto, que si aprender a memorizar con esta música es altamente efectivo... Qué decir? Más allá de que soy barroco, mejor, de que somos barroco en lo más profundo... qué decir?. Nosotros los barrocos somos herederos de un mundo tremendamente creativo y lleno de contrastes. Sí, somos todos barrocos, algo muy común que pasa a veces inadvertido. Un aire, la sensibilidad, una mirada, el exceso, la provocación, la realidad y el deseo, un conflicto constante entre dos formas de ver el mundo que es una. Ese algo expresionista y lorquiano, el qué-se-yo tremendo que hay en todas las cosas. Fantásticos momento de belleza más allá de Bach, Handel o Vivaldi -que los tienen y abundantes-, de prejuicios, del barroco como arte de la contrarreforma, ná, que tenemos a Rossi, Landi, Falconieri, Barsanti, Torelli... y tantos otros como hermosas muestras del espíritu, a veces humano, a veces divino, y de la capacidad de creación del Ser Humano. Ahí va esa muestra de cinco barrocos que nos encantan.