No uno, los que caigan. El aperitivo por antonomasia vuelve a estar de moda y en De Rodríguez y Salas están dispuestos a que no decaiga. De España, de Italia y de Francia, Ismael Rodríguez y Emilio Salas se han traído su selección personal de los mejores tragos. En esta recién estrenada vermutería madrileña maridan todos ellos a partes iguales con un toque de tradición y vanguardia que les representa.
Vermús y tapas de bar. Cocina creativa y de la abuela. Vallecas y el barrio de Salamanca. ¿Una mezcla explosiva? Sí, y una combinación que funciona. De Rodríguez y Salas aúna los mundos aparentemente antagónicos de sus dos propietarios. El uno, curtido en las barras. El otro, en las cocinas de Martín Berasategui. Los dos mezclan experiencias dispares que tienen un resultado chispeante sobre la mesa.
Un espacio activo, repleto de arte y diseño emergente, les sirve de marco para desarrollar una amplísima carta de bitters de media Europa y una cocina divertida, "optimista" la llaman, que pasa por imprescindibles como las croquetas, el salmorejo o las tortillas con una original revisión con la que incorporan ingredientes y formas de presentación sorprendentes. Así, las croquetas se sirven con un ali oli aromatizado con pera, el salmorejo en un chupito de cerezas y las tortillas en un chato de vino.
A estas propuestas se unen otras más internacionales. El intenso steak tartar al estilo sirio o los torpedos de langostino son algunas, unidas a una buena carta de vinos que sigue la misma línea de presentar etiquetas de siempre unidas a otras del mundo.
De Rodríguez y Salas gusta porque no es uno más de los que se sube al carro de la tendencia. El concepto que ofrece está muy bien armado, es divertido, colorista y surte efecto, porque lo que sale de los fuegos y de la barra es excelente, sin reñirse con el precio. Se acerca la hora del vermú, ¿te apetece?
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