The Campbell Bar se convertía el pasado mes de mayo en el bar de cócteles del momento en Nueva York tras una remodelación que duró más de un año, ahora vuelve a dar titulares de prensa por motivos ajenos a su magnífica decoración y deliciosos y sorprendentes cócteles y es que la relación entre el dueño del bar y el del edificio en el que se ubica no es todo lo fluída y placentera que cabría esperar.
No sabemos en qué terminarán las demandas en curso, que tienen que ver con ciertos aspectos relativos a la climatización y con a quien le corresponde pagar según que gastos ocasionados por las fiestas especiales organizadas en el bar; claro que eso a nosotros, como turistas neoyorquinos, nos preocupa poco, lo que nos pierden son las ganas de conocer The Campell Bar, un bar de cócteles con mucha historia.
La historia de The Campbell Bar comienza en 1923, cuando el ejecutivo ferroviario John Campbell alquiló la propiedad para instalar en ella unas imponentes oficinas de estilo florentino; años después fue ocupado por una comisaría de policía y llegó incluso a ser utilizado como cárcel. En 1999 se inauguraba por primera vez como bar de cócteles.
En 2016, tras un cambio de propietario, cerraba temporalmente sus puertas para remodelarse de arriba abajo y en mayo de 2017 se convertía de nuevo en uno de los bares de cócteles más atractivos de Nueva York, uno al que queremos ir... ¿te vienes?.
Icónico, elegante, sofisticado e incluso seductor, sólo pasear los espacios de este bar de cócteles ya compensa la visita pero si además la aliñas con un Manatthan, un Martini Campbell una Budweiser, un Chardonnay, un Rioja o una copa de champagne Dom Perignon o Moët Chandon, la experiencia se volverá entonces inolvidable.
Si Nueva York es tu destino, no lo dudes, las copas se sirven en The Campbell Bar.
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