Tepic de muerte.

Mientras aquí pasamos la resaca de la noche de Halloween y la festividad de Todos los Santos, México se prepara para una de sus fechas más señaladas en el calendario. El Día de Muertos, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2003, viste de ofrendas y coloridos símbolos las calles y cementerios del país azteca. En Madrid, uno de los restaurantes mexicanos más vanguardistas, lo conmemora con una original exposición de calaveras de Felipao.

Los famosos Hornys de este original artista Pop decorarán Tepic hasta el 15 de noviembre, destacando entre ellos uno creado especialmente para el restaurante con ocasión de esta fecha. Las calaveras acompañan y dan ese toque diabólico, divertido y más picante si cabe a la exquisita cocina a la que nos tiene ya acostumbrados el chef Ángel García.

Tepic no es un mexicano cualquiera. Aquí no caben mariachis, ponchos ni sombreros. Es vanguardia, es alta cocina que no cuesta lo que vale, es tendencia y es, sobre todo, fiel reflejo de que la cocina del país, las recetas más ancestrales, aún tienen mucho que decir.

Lo demuestran sus tacos al pastor, el huarache (torta de maíz untada con frijol y aderezada con carne y crema de aguacate), la crujiente flauta de chicharrón de queso y, como colofón, el espectacular café de olla. El proceso artesanal que se sigue en todos los platillos, el producto de alta calidad y la exquisita presentación hacen de Tepic una visita obligada para dar rienda suelta a los sentidos.

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