"De Madrid al cielo y un agujerito para seguir viéndolo", reza el dicho con el que nos recibe este nuevo restaurante en la calle Velázquez. En efecto, Sky Madrid es un escondrijo desde el que divisar las estrellas o el radiante azul de los días de verano. Y no, no es una terraza al uso.
Las mesas de Sky reposan bajo una gran claraboya que se abre al cielo de la capital. Forja, cristal, madera y ladrillo las conforman y las rodean, creando una deliciosa atmósfera rústica con cierto aire british, obra de Cuca García Llorente.
Sobre ellas, una rica cocina de mercado con un excelente producto que busca y elabora Mario Moñivas inspirándose en la tradición patria vestida con algún complemento internacional. Para muestra, el sorprendente carpaccio de presa ibérica con manchego, manzana y pistacho , el cucurucho de buñuelos de bacalao, que saben a infancia, el intenso rissotto de Idiazábal con panceta y pulpo... Recetas que, sin ser rompedoras en exceso, resultan de pronto originales al paladar.
Moñivas no pierde la base castiza, de hecho, la homenajea. Instalarse en un local que lleva alrededor de un siglo acogiendo negocios hosteleros le impide al actual chef olvidarse de las raíces, porque estas permanecen. Tanto es así, que Sky nos saluda cada mañana y cada tarde con esos churros de toda la vida, los de Gregory's, el último neón que lució en el 31 de Velázquez, lugar que hoy ocupa esta nueva apuesta gastronómica.
Sky está abierto a toda posibilidad, desde el desayuno hasta la cena, desde el tapeo ligero a la comida de negocios, y se ve que borda cualquiera de las horas porque está hasta la bandera. Madrileños y foráneos, bienvenidos a esta ventana al Madrid histórico, al moderno, al más sabroso y también, por qué no, asequible. Bienvenidos al cielo. A Sky.
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