Ibiza esconde muchos secretos. No todo es fiesta, discoteca y jolgorio en la isla balear. También hay mucha artesanía y buen hacer, especialmente en su desconocido interior. Por ejemplo, su aceite. Concretamente el que se elabora en la finca Es Trull de Can Miquel Guasch, uno de los principales productores de la isla, con olivos de aceituna Arbequina, Picual y Empeltre.
En uno de los lindes de la finca, en lo que fue el edificio de una antigua escuela rural, la familia Guasch ha creado uno de los nuevos templos 'slowfood' del Mediterráneo: la oleoteca Ses Escoles, un remanso de paz rodeado de olivos en el que sublimar el 'oro líquido' con buena gastronomía y lo mejor de la producción ibicenca.
En un espacio transformado por el estudio de Isabel López Vilalta, creador de interiorismos para otros restaurantes como el New York Burger de Madrid o el Celler Can Roca, el respeto por la naturaleza, por la tradición, es absoluto. De hecho, toda la decoración parte del trabajo de décadas de artesanos locales, con el objetivo de que la cultura ibicenca esté presente al 100%, no solo sobre las estanterías.
Tienda y restaurante, con una gran barra de mármol y chapa, taburetes de diseño forjados en hierro y madera, botellas de aceite en cada balda... Imposible no fijarse en el suelo de baldosas de barro, en la mesa de madera que preside la zona de tienda, con espacio para degustar y catar algunos de los mejores aceites o brindar abriendo una botella de vino.
Y en el comedor, una estufa de biomasa para estar a gusto los días en los que el frío no invite a comer sus ricos platos en la terraza, con grandes mesas de madera que invitan a la comunidad, o en el patio cubierto con cañas que recuerda a las casas solariegas de labranza.
En la próxima escapada a Ibiza, no puede faltar una comida o una cena en Ses Escoles. Nuestro gourmet interior lo agradecerá.
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