Restaurantes

Restaurante Oribu, el olivo japonés que gusta en Madrid

Oribu cumple tres años con una carta novedosa y creativa que te conquistará por la boca.

Oribu -olivo en japonés- abrió su cocina en Madrid hace unos 3 años y, pasados tantos días y semanas, sigue siendo todo un referente gastronómico en la capital y lo es por varias razones entre las que cabe destacar una: la siempre sorprendente propuesta gastronómica que firman Iván Zhan y Armando Justo (AJ).

Iván, empresario madrileño de origen chino con una amplia experiencia gastronómica tanto por tradición familiar como por su propia trayectoria, está al frente de Oribu y cuenta con Armando Justo (AJ), que tras 14 años dando la vuelta gastronómica al mundo y llegando a ser el chef ejecutivo de Google Inc, vuelve a su ciudad para hacer de la cocina fusión de Oribu... magia.

La cocina de Oribu no es mediterránea ni japonesa, no es vietnamita, ni china, ni mexicana, tampoco tailandesa ni peruana y es todas ellas a la vez porque Oribu reinventa el término fusión y lo desarrolla en una carta que cambia cada tres meses para que nunca te aburras de desayunar, comer o cenar en Oribu.

¿Te apetecen unos tacos japo-gaditanos de camarones? ¿y wakame-guacamole o wasabi-crema? tataki de pez mantequilla, soja dulce encebollada, jalapeño oroshi, dim sum de ternera lecha y puerro o de rabo de toro, creama de patata trufada, setas y reducción de Oporto; zamburiñas del Pacífico al carbóon, sofrito clásico, flor de wasabi e Ikura o magret entero de pato estilo Negima, curado con sake y romero o un espeto de atún rojo al estilo goma-ae... Éstos son sólo algunos de los suculentos bocados que podrás regalarte en Oribu, platos originales y creativos, hijos de la fusión gastronómica y de la creatividad culinaria de Iván Zhan y Armando Justo (JA).

Pero además, como no sólo de pan vive el hombre ni aunque el pan sea en realidad un  menú de escándalo, en Oribu también cuidan al detalle su interiorismo y distribuyen sus espacios de modo que puedas tomarte una copa en su barra o en uno de sus sillones chester, comer en una zona reservada por aquello de la discreción del momento o en su gran sala con su acogedora decoración.

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