Madrid es una ciudad para comérsela, una gran capital europea que, como Londres, Roma o París, adorna sus calles con restaurantes de una y mil tradiciones gastronómicas que hacen posible comer en ellas como si estuvieras en Tokio, Nueva York, Florencia, Santorini, Burdeos o Berlín. ¿Dónde deja eso al buen comer madrileño? en el restaurante Gran Clavel.
Más allá de los sabores del mundo que puedes encontrar en las calles de Madrid, la ciudad sabe a sí misma y a su historia, unas notas sápidas que gustan a sus habitantes y que buscan quienes vienen a conocer la ciudad porque cuando viajamos queremos hacerlo también por la boca; para dar respuesta a este deseo de degustar los sabores de Madrid surge un restaurante que encierra tres conceptos, todos madrileños, en sí mismo porque Gran Clavel es una vermutería, un bar de vinos y una casa de comidas.
El local se organiza en tres espacios interconectados y separados únicamente por el estilo decorativo para que puedas pasar de uno a otro a placer; ¿eres de los que se pierde por un vermú? en Gran Clavel lo acompañan de la clásica tapa de boquerones en vinagre o el más clásico todavía pincho de tortilla, también los callos a la madrileña, las albóndigas de ternera o las croquetas además de los típicos montaditos de lo que más te guste; ¿eres más de vinos que de vermú? en Gran Clavel podrás catar lo mejor de las bodegas nacionales, especialmente de las de Madrid y perderte en los bocados que mejor acompañan a esa copa de vino: quesos, patatas bravas, calamares rebozados y acompañados de alioli de lima o huevos fritos con espárragos y jamón entre otros clásicos platos de taberna.
El tercer espacio en discordia es la casa de comidas cuya carta es una perdición: comienza con entremeses entre los que encontrarás gambas blancas a la plancha y pavías de bacalao, entrantes como las verduras en escabeche o la crema castellana, platos principales como las cocochas de bacalao en salsa verde o guiso rabo de toro, el besugo a la madrileña o los callos con garbanzos. ¿Postre? imposible renunciar a él si es una cuajada con miel o unas fresas con nata y menos aún si se trata de una mousse de chocolate con barquillo.
No lo dudes, para conocer Madrid en sus notas sápidas y en sus notas de cata, para descubrir a qué sabe esta ciudad histórica, visita Gran Clavel en el Hotel Iberostar Las Letras de Gran Vía.
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