80 grados es un restaurante diferente, dos en realidad, uno en Malasaña y otro en Las Tablas, ambos en Madrid. Y su diferencia son también dos: la temperatura y los platos.
La temperatura es la clave de su cocina; en 80 grados preparan sus deliciosas recetas a baja temperatura de modo que los alimentos mantienen su sabor, su textura y todas sus propiedades con mayor solvencia que en una cocina tradicional.
Los platos porque no son tales, son tapas, bocados o, como lo llaman ellos, miniplatos que te permiten componer un menú rabiosamente variado y que, además, cambian regularmente para que aunque seas cliente habitual -y no nos cabe la menor duda de que, en cuanto lo pruebes, lo serás- la carta te sorprenda.
Miniplatos calientes, fríos o ensaladas con un delicioso postre para terminar... o casi, porque 80 grados es también un afterwork y te sirve la copa o el cóctel; carta para todos los gustos, para embarazadas y para celíacos, bocados internacionales como los tacos o la hamburguesa y otros más patrios como el salmorejo. Y ahora, además, cinco nuevas propuestas: cremoso de foie con frambuesas; pollo enano al carbón; caldereta de langostinos; raviolis de pollo con caviar y trufa; tarta de frutos rojos, chocolate blanco y coco.
¿Nos vemos en 80 grados? en el de Malasaña, que nos encantan sus espacios y su decoración vintage.
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